Comenzó perdiendo, pero el Madrid supo recomponerse a tiempo para llevarse los tres puntos de Huesca. Remontó gracias a un doblete de Varane (1-2).
El panorama para Zinedine Zidane era desolador. Un banquillo con dos porteros, Lunin y Diego Altube, y apenas cuatro jugadores de campo, solamente dos de la primera plantilla, Marcelo y Mariano junto a Víctor Chust y Marvin.
Se sobrepuso a todo un equipo que se ha acostumbrado a dosis de sufrimiento por cada partido que disputa. Sin la tensión necesaria en el arranque de cada parte, con el colista sintiendo que podía salir airoso pero frenado por el travesaño en dos ocasiones y un Thibaut Courtois de nuevo decisivo con una parada salvadora que evitó el desplome.
Varane se disfrazó de Ramos
La mejor versión de Raphael Varane siempre se vio con el jefe al lado. Sergio Ramos le da seguridad, lleva la voz cantante, ejerce de líder. Al francés le ha costado asumir ese papel con las ausencias del capitán y ahora no le queda más remedio.
En El Alcoraz fue un seguro defensivo y emuló el potencial del camero en las acciones a balón parado. Ante la falta de pegada de los jugadores de ataque, firmó los dos goles de la remontada. Esta temporada los tantos los había marcado en su propia puerta hasta el momento (Shakhtar y Valencia) y se desquitó con su segundo doblete como madridista, marcando casi un año después. Su último tanto databa del 29 de enero de 2020, al Real Zaragoza en Copa del Rey. En Liga no lo conseguía desde el 4 de enero al Getafe.
A Zidane le espera mes y medio sin su capitán. Que Varane mantenga el nivel de Huesca será un factor decisivo.
El mejor visitante
Un dato que debe actualizarse cuando el sólido líder, el Atlético de Madrid, juegue tres partidos lejos del Metropolitano para igualar el mismo número que los 12 disputados por el equipo de Zidane, pero resulta paradójico que el Real Madrid más irregular en años en Liga, sea en este momento el mejor visitante.
Una sola de las cuatro derrotas encajadas en la competición doméstica, llegó lejos del Di Stéfano, en Mestalla. El resto, siete victorias y cuatro empates. Los triunfos en el Camp Nou y el Ramón Sánchez Pizjuán fueron sus grandes momentos del curso. Esos partidos que demostraron que, ante la gran exigencia, aún tienen mucho que decir futbolistas que lo ganaron todo. 18 puntos de locales y 25 de visitantes, un contraste que explica por qué la defensa de la corona está a tanta distancia.
La pizarra de Zidane y el poderío aéreo
Zidane se quedó con el carácter de sus jugadores en un momento duro. El mismo que mostró en sala de prensa el técnico francés para exigir respeto a un grupo de futbolistas que hace unos meses se proclamó campeón de Liga. En un nuevo capítulo de incertidumbre, en partidos que por momentos pueden caer de cualquier lado aunque jugase contra el colista, el galo sacó provecho de su pizarra en las acciones a balón parado y en un giro táctico.
Dio entrada a Marcelo, un cambio planificado antes del percance muscular sufrido por Álvaro Odriozola, cambió de banda a Ferland Mendy, retrasó metros la posición de Casemiro para cerrar con tres y dar recorrido a laterales que se instalasen en ataque, con metros para que Kroos y Modric desatasen su fútbol de precisión.
El premio lo encontró con el poderío aéreo de un Real Madrid que domina el apartado goleador con remates de cabeza. Con Varane ya son seis los jugadores que han marcado con la testa un total de nueve goles de los 37 firmados en 21 encuentros.