La cultura, las particularidades idiosincrásicas, también van cosidas al balón. No es casualidad que determinadas nacionalidades no cuajen en determinados países o, al contrario, que algunas de ellas encajen como anillo al dedo. Sobre el jugador británico siempre recayó el mito de que es incapaz de desplegar sus condiciones más allá de sus islas. Hay quien lo achacó históricamente a que no tenía nivel, quien lo hizo reposar en explicaciones climáticas y estilos de vida. En ProFootballDB buscamos respuestas. Y lo hacemos en el marcado del siglo XXI y con un termómetro muy tangible: el gol.
El perfil histórico del futbolista inglés nos dibuja a un guerrero obstinado. Entregado más al 'tackle' que al 'dribbling'. Abnegado y generoso en el esfuerzo, más capacitado para ganar un duelo aéreo que para completar un arabesco. Un estilo jaleado por los aficionados patrios, tanto de clubes como de la selección, y no tanto en algunas de las ligas principales. Obviamente, la modernidad y la apertura de fronteras no ha sido ajena al país donde se inventó el deporte rey, y ha reversionado su pedigrí. El talento británico se ha desarrollado bastante. Pero aún sigue siendo insuficiente.
Si analizamos todos los goles ligueros del siglo XXI en las cinco grandes ligas europeas, pero quitando la incidencia de los autóctonos en su torneo propio, nos encontramos que hasta 69 nacionalidades diferentes producen más tantos que la inglesa. 69 son demasiadas para un gran país, incluso campeón del mundo (1966). Solo 114 dianas entre España, Italia, Francia y Alemania hacen que Inglaterra luzca por debajo incluso de países como Ecuador (116), Martinica (157), Burkina Faso (186), Macedonia (162) o Islandia (240).
Es un 0,22% respecto al total de una clasificación que comandan los brasileños (5.351 goles, un 10,2%) y que sí tiene en su 'top ten' a representantes de los principales países europeos, como es el caso de Francia, que es tercera (3.080, 5,87%), y España, que concurre en la novena posición (1.397, 2,66%).
Así que los McManaman, Trippier, Collymore o Jadon Sancho son raras avis. Y por encima de todos ellos, David Beckham, quien se atrevió a probar en tres ligas top diferentes: española (Real Madrid), italiana (Milan) y francesa (PSG), entre las que dejó un total de 15 tantos.
De las ligas 'top', la Primera División es la que mejor se les ha dado en estos 21 años de fútbol en el siglo en curso. Figura en el escalón número 40, tras 32 dianas, un 0,16% sobre el total de las nacionalidades.
Más o menos una historia similar a la que se aprecia en Alemania. El gol inglés en la Bundesliga aparece en el puesto 44, tras 13 tantos y una representación del 0,13%.
Mucho pero es el surco histórico en las dos restantes. En la Serie A hablamos también de 13 dianas, con un porcentaje global del 0,14%, aunque en Italia ello supone figurar en la clasificación de las nacionalidades en la posición número 55.
Y más aún hay que bajar en la Ligue 1, el país menos hecho para los ingleses en este siglo XXI, puesto que el lugar número 66 supone que solo haya 26 países por debajo.
¿Y qué ocurre en su propio país?
Pero es que ya ni siquiera Inglaterra se está convirtiendo en refugio propio. En la Premier League, obviamente, son los ingleses los que más goles han firmado en este tiempo, un total de 6.703. Sin embargo, ese porcentaje del 34,4% es el más bajo de las cinco grandes ligas considerando cómo de autóctona es cada competición. En la Serie A, los italianos hacen el 51,42% de los goles; un 50,84% los españoles en LaLiga, el 43,92% los franceses en la Ligue 1 y un 36,95% los alemanes en la Bundesliga. Todos por encima de los ingleses.
El aperturismo y la multiculturalidad que ha adquirido la Premier League también ha ido acabando con esa parte de tradición, al menos en lo referente a los goleadores. La única lectura positiva de ello es que la competición ha ido haciéndose más competitiva hasta el punto de que ya muchos la señalan como la mejor liga del mundo, una visión que ya revisamos en un estudio reciente de ProFootballDB en base a varios criterios.