Tras cinco partidos en los que le había comido seis puntos de diferencia al Liverpool, el equipo de Guardiola venció en campo del Bournemouth para llevarse un tremendo premio, pese a que sea temporal y simbólico. Pero, a la espera de lo que pase este domingo en Goodison Park, vuelve a ser rey en la Premier.
Costó bastante sudor arrancar los tres puntos del Vitality Stadium. Acostumbrado a golear, esta vez tuvo que conformarse con vencer por la mínima. Tras una primera parte atorada, tuvo que salir del banquillo en la reanudación Mahrez para resolver el duelo.
De hecho, ni diez minutos tardó el ex del Leicester en poner a los suyos por delante en el marcador. Un derechazo desde un vértice del área pequeña valió para canjear el sufrimiento por el triunfo.
Sufrió tanto para ampliar el marcador como para defenderlo el City, que en las últimas dos jornadas ha vencido de manera pírrica, aunque lo suficiente para echar el aliento en el cogote a Klopp.
Eso sí, el triunfo tuvo un doble peaje: las lesiones de Kevin De Bruyne y John Stones. Mientras que el belga, en su tercera dolencia del curso, podría tener una rotura de fibras, parece que el central se retiró a tiempo, en cuanto notó unas molestias.