La Copa del Rey es una competición que siempre ha despertado ilusión entre aquellos equipos que no están acostumbrados al sabor de los títulos y que llevan años y años sometidos a la tiranía de los grandes. Una oportunidad de codearse con cualquiera en el torneo del 'k.o.' y que tantas alegrías ha dado a los modestos, más aún, desde que se implantó el formato de partido único, a excepción de las semifinales.
Son muchos los nombres de equipos que, en una nueva edición del torneo copero, han puesto su granito de arena para que esta competición sea mágica y mística. El camino va llegando a su fin y, a falta de conocer el último clasificado para la gran final, el Mallorca ya puso otra piedra más en su camino hacia el éxito.
El conjunto dirigido por Javier Aguirre estará en La Cartuja el próximo 6 de abril tras deshacerse de la Real Sociedad en 'semis'. Una eliminatoria que estuvo igualada al máximo y que se tuvo que decidir desde el punto de penalti.
Allí, Dominik Greif se erigió como el gran héroe 'bermellón' al detener el penalti de Mikel Oyarzabal. Con una tanda impecable, Sergi Darder se encargó de desatar la locura final a más de 900 km de su casa.
Aguirre, el director 'bermellón'
Como si estuviese escrito o predestinado, el Mallorca volverá a una gran final de la Copa del Rey nada más y nada menos que 20 años después. Será la cuarta de toda su historia, donde solo ha podido levantar el trofeo que acredita como campeón una vez, el 28 de junio del 2003 ante el Recreativo de Huelva.
Aunque es cierto que son los jugadores los que juegan, el gran artífice de todo este éxito mallorquinista ha sido Javier Aguirre. Un técnico que, consciente de las limitaciones de su equipo, salió con el planteamiento de no perder ninguno de los dos encuentros ante la Real Sociedad que, hasta el momento, llevaba un mejor desempeño que ellos durante la temporada.
Un planteamiento que le salió a la perfección y tuvo la recompensa esperada con la clasificación a la final. Por supuesto, sin quitar ni una pizca de mérito a unos jugadores que se volcaron con todo lo que tuvieron y más y pusieron una dosis extra de corazón para hacer historia. Una noche histórica en la que el 'Vasco' se mereció un buen whisky como ya dijo tras la victoria ante el Girona en cuartos.
Un equipo que marcha 16º en Liga y que solo ha podido saborear el triunfo en 4 ocasiones en lo que va de temporada. Un premio a la entrega y al corazón que sacan a la luz lo bonita y mística que es la Copa del Rey. Nadie sabe qué pasará el próximo 6 de abril en La Cartuja de Sevilla, aunque el Mallorca ya se ha llevado un chute de moral y alegría que tardará mucho tiempo en olvidarse en las Islas Baleares pase lo que pase en la final.