Necesitaba el PSG una noche así, de puro ocio futbolístico. El Montpellier y los parisinos no se jugaban absolutamente nada en esta penúltima jornada de la Ligue 1, pero al cuadro de Pochettino le sirvió para divertirse después de tres empates consecutivos y una mala temporada en líneas generales.
En la primera de las jornadas unificadas, el Paris Saint-Germain se reencontró con su mejor versión ante un Montpellier ya salvado y tranquilo ante sus aficionados. Pero Mbappé y Messi querían liarla, y lo consiguieron con un doblete de goles, de asistencias y pura magia sobre el terreno de juego.
A los seis minutos de juego, Messi anotaba el primero tras una buena dejada de Mbappé desde la izquierda. Buen zurdazo del astro argentino colocado al palo largo. Justo antes, había avisado de forma similar en otra conexión fantástica con Kylian, que mientras resuelve su futuro hace lo que mejor sabe hacer.
Solo ver el planteamiento del partido ya se notaba que iba a ser un quebradero de cabeza para el Montpellier, que no salía prácticamente de su área en la primera media hora de encuentro. En el 20', una contra rápida, envío largo al espacio de Mbappé y Messi se fue de Bertaud para firmar el 0-2 en el electrónico.
El PSG quiso encarrilar el triunfo pronto y, en el minuto 26, Mbappé colgó un balón que Messi no controló y que Di María controló para sentenciar el choque. Poco después, el Montpellier empezaba a aparecer por el área de Donnarumma, pero muy tímidamente y el italiano se encargó de atrapar todo lo que llegaba a su zona.
Con el segundo tiempo, el ritmo de juego bajó notablemente, pero ahí estaba Mbappé para agrandar la ventaja con un penalti que él mismo forzó. Se fue en velocidad dentro del área, fue derribado y engañó al portero local desde los once metros. Un gol que merecía y que le sirvió para conseguir su premio individual a un partido redondo.
Faltó Neymar en esta fiesta parisina, pero tuvo minutos hasta Xavi Simons, cuyo futuro también es dudoso. Hubo tiempo hasta para unas bengalas en la grada del Montpellier. El PSG controló el juego de pe a pa y se dio un festín a escasas semanas de finalizar un proyecto que tiene pinta de transformarse casi por completo.