Aunque es el Betis el que poraliza la enemistad del sevillista, el único enemigo real, y así lo corrobaran sus números, es Lionel Messi. Porque no es que sea su bestia negra, su azote o cualquier calificativo que se le quiera etiquetar. Es que ha cambiado su historia.
Aunque luce bonito el palmarés sevillista en las últimas temporadas merced sobre todo a la Europa League, sus vitrinas podrían tener hasta seis trofeos más de no haberse cruzado en el camino el rosarino.
Echando un vistazo en 'ProFootballDB' a los números acumulados por Messi desde el 11 de diciembre de 2005, su primera vez, hasta su gloriosa tarde de febrero en Nervión, los números echar a llorar a cualquier aficionado del Sevilla.
37 veces se ha medido al equipo andaluz. Para unos guarismos de más de un tanto por partido merced a los marcados directamente por él o los que dio a sus compañeros. Su último triplete (el tercero ante ellos más siete dobletes) le pone en 36 goles, casi uno por encuentro, pero hay que sumarle sus 16 asistencias a compañeros.
Eso supone que en Liga el Sevilla ha dejado de sumar bastantes puntos por su culpa. Pero más doloroso resulta comprobar lo que se podría haber ganado sin él: hasta seis títulos de manera directa en finales, además de haberle eliminado en otros torneos y, por tanto, haber cortado de antemano la posibilidad de seguir soñando, como ocurrió recientemente en la Copa del Rey.
Irónicamente, en agosto de 2006 Messi perdió su primera final contra el Sevilla. De manera inapelable, un 0-3 que dejó la Supercopa de Europa en Nervión. A partir de ahí, cambio radical.
La siguiente se jugó 2010. De nuevo los andaluces llevaban soniquete de campeón tras el 3-1 de la ida. Pero el primer gran Messi llegó una semana después, con un triplete que redondeó el 4-0 para remontar y dejar la Supercopa de España en Barcelona.
La segunda de ellas cayó hace tres años. En un global de 5-0 para los catalanes, Messi sumó dos asistencias y un tanto. El remate llegó el pasado verano. El 2-1 final contó con un pase de gol del argentino.
En Europa, aquel sonado 5-4 de 2015, un partido muy extraño por cómo llegó a forzar la prórroga el Sevilla tras un 4-1, allanó el triunfo con un doblete en el primer cuarto de hora.
Las últimas dos finales de Copa del Rey reeditaron su enfrentamiento. En el último, un tanto de Messi y doblete de asistencias. En el anterior, los dos goles 'culés' en la prórroga llegaron tras pases nacidos de sus botas.