No hay que ser un lince para entender que el Barcelona pierde mucho gol con las salidas de Leo Messi y Luis Suárez (ninguna oficial aún, pero ambas en proceso). Y se puede medir en datos. Pero también se puede constatar algo más intangible y que va implícito en la salida del argentino y el charrúa: el equipo perderá capacidad de intimidación, una cualidad necesaria en cualquier club grande.
La temporada 19-20 pasará a la historia como la última que vio a Messi y Suárez juntos en el Barça. Una cuenta fácil que cualquiera puede hacer mirando sus acumulados es que el equipo promedió 2,16 goles en los partidos, por 1,08 el argentino y 0,7 el charrúa.
En ProFootballDB hemos querido ir más allá y hemos calculado medias cuando las dos estrellas han coincidido sobre el terreno de juego. Para empezar, un dato sencillo del último curso: de los 72 tantos que hizo el cuadro azulgrana (insistimos, con los alineados a la vez), Messi firmó 23 y Suárez 18. Es decir, el Barça 20-21, a esperar de conocer a sus relevos, partirá con un 56,94% menos de goles en su haber.
Vayamos más allá para entender esa merma del miedo escénico que ambos generaban juntos. Para ello, analizamos los tiros, tanto los que van fuera como entre los tres palos, y las oportunidades generadas.
Más de un tercio de las ocasiones creadas el curso pasado, concretamente el 40,84%, llevaron la firma de Messi o Suárez. Entre ambos capitalizaron el 57,45% de los remates totales del Barça (7,06 de 12,29), y hasta un 62,9% de los que fueron entre los tres palos (3,51 de 5,58).
La pérdida se acusa más todavía considerando que el argentino logró 20 goles menos que el año pasado (51 en la 18-19) y la producción del uruguayo bajó de 25 a 21. De hecho, es que desde que se fue Neymar en el verano de 2017 el equipo azulgrana ha ido perdiendo cada vez más gol. De 171 ha ido pasando a 141, 138 y 110, respectivamente. Con todo, los números de los dos delanteros sudamericanos han crecido porcentualmente sin el brasileño en el plantel, como se aprecia en el gráfico del comportamiento goleador azulgrana con los dos sobre el césped a la vez.
Dicho de otro modo: las alternativas no han estado a la altura. Griezmann, Dembélé (aunque este casi todo el curso lesionado), Braithwaite, Ansu Fati... no han sabido llenar ese vacío. Depender de quien a su vez ha ido menguando rendimiento no deja precisamente un panorama halagüeño.
Así que lo del club catalán es un problema mucho más estructural. En el informe sobre el fin de ciclo tras el 2-8 ya quedó claro, con los datos en la mano, que los rivales le han perdido el respeto al Barça, que le hacen más daño. Si también pierden su capacidad lesiva... En un lustro han bajado sensiblemente las medias de goles por encuentro (de 2,92 a 2,16), de lanzamientos (de 16,1 a 12,68) y de oportunidades generadas (de 12,48 a 9,9). Mal escenario que obliga a una transformación importante.
Además, esto del gol no solo va de tener a buenos jugadores. Porque el argentino y el charrúa coincidieron en 259 encuentros en todos estos años y dejaron 410 tantos y 195 asistencias. Pero es que Messi le dio 40 pases de gol a Suárez y este le regaló 47. El asunto es también generar una buena química.