El fútbol moderno ya quedó atrás. La evolución nos lleva prácticamente a hablar de fútbol genético. Porque el jugador, más cuidado y vigoroso, está prolongando la edad de retiro y la de iniciación se ha adelantado. Aquí nos detenemos para fijar un nuevo kilómetro cero. En plena era de los Ansu Fati, Haaland o Camavinga, cuando apenas han roto el cascarón, llega Yousouffa Moukoko (Yaundé, Camerún, 2004). El chico que amenaza con hacer añicos todos los récords de precocidad documentados. 128 goles en 84 partidos oficiales a los 15 años. El futuro reversionando el futuro.
De hecho, ya ha cambiado el curso de las aguas en los despachos. En abril de 2020 cuando la DFL (Liga Alemana de Fútbol) aprobó una normativa nacida por su proyección incontenible: la de rebajar la edad mínima para debutar en Bundesliga hasta los 16 años. El 20 de noviembre los cumplirá y su regalo de cumpleaños será el debut en el primer equipo.
Hablamos de algo más que otra nueva promesa. 27 tantos con 12 años. 41 con 13. 48 a los 14. Apurando sus 15 primaveras, sin competición por la pandemia, se quedó en 12. Todos los radares alertan de una irrupción meteórica, puede que la más parecida a la del ‘boom’ de Messi en 2003. Una gran evidencia de que es un icono en ciernes es el contrato que le firmó Nike con 14 años: casi un millón de euros anual que automáticamente pasarían a ser diez cuando haga su estreno oficial.
Se acerca ese día, aunque hace tiempo que el Borussia Dortmund lo trata como a un profesional. El director deportivo, Michael Zorc, gurú del talento joven en los últimos años, ideó un plan con él para hacer progresivo su estreno en la élite. Físicamente siempre ha ido por encima del resto y no se teme por su adaptación; sí por el aterrizaje mental en el mundo profesional. Decidió que desde el inicio de la actual pretemporada fuera uno más en el primer equipo. Se le reservó el dorsal 18 y una ficha profesional. Se arregló su situación con el instituto para evitar un absentismo que derive en un certificado de abandono escolar. Guiar un meteorito no es tarea fácil, pero en Dortmund saben que tienen entre manos un capítulo histórico del fútbol.
Porque el convencimiento de su estrella es máximo. La única duda con él, tal como ocurre con cada promesa africana, estriba en su partida de nacimiento. No solo porque con 12 años se exhibiera entre chicos de 17, sino por un desliz público de Igno Preuss, técnico del filial aurinegro: "Imagino que la edad de Youssoufa es estimada. Tal vez sea uno o dos años mayor". Su padre, Joseph, se apresuró a decir que en cuanto nació fue registrado en la embajada alemana, algo que desmintió el Ministerio de Asuntos Exteriores germano. En cualquier caso, como si brillar a los 14 fuera menos meritorio: hizo 90 goles en 56 encuentros oficiales con el Sub 17 del Borurssia.
De todos modos, Moukoko cuenta con el mejor tutelaje posible, el de Lars Ricken. El hoy coordinador de la cantera fue hasta 2006 el debutante más joven en la historia del BVB. Hasta que llegó Sahin con sus 16 años y 335 dias. Y hasta que el camerunés lo supere, en una historia que versiona la clásica sentencia de Guardiola a Xavi hablando de Iniesta. Ricken, que sobrevivió al éxito (fue campeón de Europa, con gol célebre en la final incluido) pero no a las lesiones, le cuida y ha ido monitorizando su meteórico crecimiento.
Nació en en Yaundé, la tierra del mito Roger Milla, el malogrado Foé o Samuel Umtiti, es un alemán asimilado que en las inferiores de la ‘Mannschaft’ también ha hecho estragos: debutó con 12 años en la Sub 16 (tres goles en cuatro partidos) y de ahí dio el salto directo a la Sub 19, aunque el coronavirus frenó su avance.
¿Será mejor que Haaland?
Erling Haaland, que estos días convive con él en la pretemporada del Borussia Dortmund, tiene claro que Moukoko será mucho mejor que él porque a su edad ya lo es. Los promedios del camerunés son sensiblemente superiores a los del noruego a los 15, aunque la falta de rigor en los datos de Haaland en categorías inferiores ponen un asterisco a la comparativa. Hablamos, en cualquier caso, de dos monstruos del gol. Si Erling tiene el récord anotador en un partido merced a los nueve que le hizo a Honduras como Sub 19, en la misma categoría, ante el Wuppertaler (agosto de 2019) Moukoko hizo seis, y fallando un penalti. Y podríamos hablar de que suma 4 pókers, 15 ‘hat tricks’ y 20 dobletes. Pero casi impresiona más que solo en 23 de sus 84 encuentros se haya quedado sin marcar.
Ansu Fati, hace unos meses, fue el último en propulsarse hacia la gloria con varios récords de precocidad. Algunos de ellos, por la amenaza del crío africano, podrían durarle muy poco. Ahí quedan las muescas en la Youth League, y puede que antes de que acabe 2020 ya podría haber hecho su debut en la Liga de Campeones.
En cualquier caso, Moukoko y Haaland no presentan el mismo biotipo de jugador. Técnicamente, su retrato es más parejo al de Kylian Mbappé. No solo por fisonomía, también porque las diferencias las genera mayormente por físico y dentro del área. Pero su apelativo es el de ‘Messi africano’. Pro precocidad, por impacto en el juego, por cambio de ritmo. Es zurdo, como su ídolo, el que en su último cumpleaños le mandó una camiseta. Quizá le estaba diciendo al mundo que ya estaba eligiendo a su sucesor.