Cuando un futbolista juega la Champions, todo se para. La magia de la competición estrellada, con su parafernalia previa a los partidos, motiva al más desmotivado. Todos quieren alzar la 'Orejona', el trofeo con el que soñaban esta temporada Harry Kane y Neymar. El inglés, por convicción. El ex del Barça, después de su astronómico fichaje, por obligación.
Sin embargo, la realidad de la competición de clubes más exigente ha dejado a ambos con una decepción morrocotuda. Dos eliminaciones muy diferentes, pero eliminaciones al fin y al cabo. Cayó el Tottenham tras merecer más ante la Juventus, lo hizo el PSG tras ser borrado del mapa por el Madrid.
Tras su gol en el encuentro de ida, Kane pinchó en hueso en la vuelta, ante su gente. Malgastó una ocasión clarísima con 0-0 en el marcador y, una vez la Juventus dio la vuelta al asunto, el inglés no pudo con la veteranía de la zaga italiana. Pudo mandar el partido a la prórroga, pero un poste milagroso cedió el hueco en cuartos a la Juventus.
Quizá esta decepción sea el desencadenante de su marcha del Tottenham. Le quiere el Madrid, el United y prácticamente cualquier club solvente que esté dispuesto a vaciar sus arcas por un delantero de época. Los títulos no han llegado y Kane, como cualquier futbolista de talla mundial, quiere probar a qué sabe el éxito.
De Barcelona a París para pifiarla en octavos
Están los que defienden que el Tottenham, por mucho crecimiento y merecimiento en octavos, tenía las de perder ante la experiencia de la Juventus y su gen ganador. Y, posiblemente, estén en lo cierto. Diferente es el caso del PSG del talonario infinito, del equipo que destrozó el mercado sin importar los ceros de los cheques.
Hasta París marchó Neymar, animado por sus ganas de convertirse en el número uno. Quería volar solo y no con Messi, como el niño al que le quitan los ruedines de su bicicleta por primera vez. Antes de hacerlo, la plantilla barcelonista trató de hacerle cambiar de idea, de convencerle de la falta de competitividad de la Ligue 1 y de que París, posiblemente, no iba a ser la tierra prometida.
Poco tardó el brasileño en darse cuenta de lo que había en Francia. Una Liga sentenciada desde el inicio y un sueño, el de la Champions, que quedó en nada. Es la primera vez que Neymar no pasa de octavos desde que llegó a Europa, asistiendo a la debacle desde su retiro en Brasil.
Su operación le apartó de los focos y dejó en paños menores a un PSG perdido, sometido por un Madrid que, curiosamente, podría representar el futuro de un Neymar que, como Kane, se ha topado con una realidad en esta Champions que podría tener consecuencias.