El fútbol no garantiza ir por el camino correcto. Al fin y al cabo, el rumbo es asunto del jugador, no del balón. Paul Pogba ejemplifica que ni el mayor de los talentos te puede esconder de tus decisiones. Esas con las que el legado deportivo del francés está quedando más en el olvido que en la gloria. El trágico historial de lesiones, una eterna novela llena de capítulos oscuros y su comportamiento lejos del verde tienen un nuevo compañero: su positivo en testosterona del pasado 20 de agosto.
El Tribunal Nacional Antidopaje de Italia decidió suspenderle cautelarmente a falta de conocer los resultados del contraanálisis. A la espera del juicio y dicha muestra de reserva, el que fue campeón del mundo en 2018 se arriesga a una sanción extendible hasta 2027. En otras palabras, todo este suceso podría significar el punto final de su carrera a sus 30 años. Otro varapalo añadido a la Juventus, que no participará en competiciones europeas esta temporada.
La imagen de Paul Pogba queda empañada por todo lo ajeno a lo que sucede entre porterías. Más allá de esto, cabe recordar la plaga de problemas físicos que han ido soplando lentamente la vela del galo. De hecho, tuvo que esperar 7 meses para redebutar con la 'Vecchia Signora' tras su retorno procedente del Manchester United. Después del grave contratiempo con el menisco de su rodilla derecha, decidió seguir una terapia conservadora para priorizar su presencia en Catar. Finalmente, esa convocatoria nunca llegó.
De la extorsión al mal de ojo pasando por las lesiones
La realidad es que el '10' siempre se ha visto atrapado en plena tormenta. Él llegó a contar en una entrevista para 'Al Jazeera' cómo vivió la extorsión de su hermano, un drama que le llevó a pensar en que, quizás, la mejor opción era abandonar el fútbol para siempre. Por si esto fuera poco, estuvo bajo protección judicial junto con su madre como medida de seguridad con la que evitar posibles represalias. Y para colmo, el mal de ojo a Kylian Mbappé sigue persiguiéndole como si de su sombra se tratase.
Con todo ello sobre la mesa, Paul Pogba no ha tenido la ocasión de limpiar su reputación con la ayuda del esférico. Según constata la biblia de estadísticas de BeSoccer Pro, el fichaje más caro en la historia del Manchester United apenas acumula 12 partidos oficiales con la Juventus desde su adiós a Old Trafford y posterior reencuentro con el Allianz Stadium. Y esto último sucedió el pasado 28 de febrero. 197 días después, no se puede contar una historia con mejor desenlace.
Estaba llamado a ser el líder de la Selección Francesa y de las grandes referencias del fútbol mundial. Sin embargo, ir por el camino de las malas decisiones ha desembocado en un recuerdo más enmarcado por todo lo relacionado con su vida personal. A falta de conocer el castigo definitivo por el que pagará su positivo en testosterona, la luz que una vez brilló -y de qué manera entre éxitos profesionales y 'dabs'- está cerca de apagarse y sin poder despedirse como se merece.