Las jugadores rivales formaban parte del club femenino Mariahilf, de la capital de Austria, y fueron las protagonistas de las protestas justo antes del comienzo del encuentro por la postura de la Iglesia en esta materia.
Se levantaron las camisetas y se pudieron ver algunos dibujos y mensajes claros a favor del aborto, como el de la imagen superior: "Mi cuerpo, mis normas".
También lanzaron cánticos de los grupos LGTB, y los responsables del equipo del Vaticano decidieron suspender la contienda. "Fue suspendido porque estamos aquí por el deporte, y no por mensajes políticos o de otro tipo", explicó Danilo Zennaro, representante del equipo.
No obstante, pese a las protestas del Mariahilf, ninguna de las jugadoras esperaba esa reacción del Vaticano, que tenía en su mano disputar allí su primer encuentro internacional, tras el primero en Italia que tuvo a la Roma como rival.
Estos reproches por parte del cuadro austriaco fueron inesperados incluso para el presidente del club, Ernst Lackner, a quien le sorprendió el gesto, pero criticó la decisión del Vaticano. "No salieron a jugar. Es lamentable que se cancele", concluyó.
23 de junio de 2019