La visita a Roazhon Park supuso un alivio para el técnico español Luis Enrique, puesto en cuestión en las semanas recientes, que salió reforzado por el contundente triunfo por 1-3, coral, de su equipo, el París Saint-Germain, ante el Stade Rennes, hasta ahora invicto en la Ligue 1, en el partido 400 como profesional de Kylian Mbappé, que tampoco pudo marcar.
Lleva 4 encuentros sin ver puerta el astro parisino, inédito ante el gol contra el Marsella, el Clermont y el Newcastle. Tampoco frente al Stade Rennes, aunque mostró más ambición y una evidente mejoría.
Solo 8 jornadas y las dudas y la incertidumbre planean sobre el nuevo proyecto parisino. El sonrojo del miércoles en Newcastle, donde perdió por 4-1, se unió al frustrante empate ante el Clermont la semana pasada y al revés en Niza tres jornadas atrás.
Un histórico mal comienzo, sin brillo en el campeón, distanciado de la cima en los primeros encuentros. La victoria, meritoria, en Rennes, frente un adversario a tener en cuenta, rival del Villarreal en la Liga Europa, sosegó el panorama y puso al equipo de Luis Enrique tercero en la clasificación y con el primer lugar a tiro. Está a un punto del Niza, ahora segundo, y a dos del Mónaco, vigente líder. Pero el devenir está despejado.
No hizo falta más que Luis Enrique pusiera en orden la situación y tirara de lógica. Arrinconó el experimento europeo, con cuatro atacantes, y volvió a lo habitual, con Vitinha, uno de los destacados, en el centro del campo otra vez y Randal Kolo Muani, después decisivo, como delantero inicialmente descartado.
Tardó el París Saint-Germain en adueñarse del partido porque el arranque estuvo plagado de vaivenes. El equipo de Bruno Genesio, trabajado, insistente en la presión, sobre todo al principio, puso a prueba a Gianluigi Donnarumma, que durante un buen rato sostuvo al conjunto visitante. Solventó la amenaza de Arnaud Kalimuendo a los 6 minutos, aunque Mbappé respondió con una opción que se quedó en nada por la intervención a tiempo de un defensa.
Fue a la media hora cuando se rompió el equilibrio. En un pase de Marquinhos a Achraf Hakimi, que envió el balón a Ousmane Dembele. El ex jugador del Barcelona realizó una gran acción individual. Sorteó a varios zagueros y encontró desahogado a Vitinha, que ejecutó una finalización impecable desde la frontal. Un tiro colocado que superó por una escuadra a Steve Mandanda.
El gol sosegó al cuadro de Luis Enrique, que aceleró y se mostró superior. 4 minutos después, hizo el segundo. Fue en una acción coral que terminó con un pase al área de Warren Zaire Emery hacia Achraf, que, de cabeza, no falló y llevó el balón a la red.
Mbappé lo intentó permanentemente. Se topó con Mandanda en cada ocasión, con insistencia, antes del descanso. Después insistió el Rennes, que afrontó la segunda mitad aún con confianza. Lorenz Assignon amenazó y salió al paso Donnarumma. Pero después no falló el argelino Amine Gouiri y el cuadro de Genesio acortó distancias.
Se puso 2-1 el Rennes en un pase de Ludovic Blas desde la derecha, dentro del área, que encontró a Gouiri, de cabeza, entre centrales, y batió a Donnarumma.
Pero la respuesta del PSG fue rápida y contundente y solo 3 minutos más tarde volvió a ensanchar la distancia. Marcó Kolo Muani en el primer balón que tocó. Sustituyó justo antes a Gonçalo Ramos y en cuanto entró en juego, llevó a la red un centro de Achraf Hakimi.
El partido se volvió loco porque el Stade Rennes se desató y fue a pecho descubierto a mejorar su registro. Bruno Genesio hizo 4 cambios en 5 minutos y el PSG se encontró con espacios, a gusto.
Se estrelló con el desacierto y el portero Mbappé, que no encontró puerta. Bardlay Barcola pudo firmar el cuarto del equipo parisino y también el propio Mbappé, pero Mandanda respondió con una intervención fabulosa. El Rennes tuvo más cerca el gol en la cabeza de Bertug Yildirim, pero su remate se estrelló en el larguero