Poco le duró la alegría al Real Madrid. Después de que Sergio Ramos hubiese adelantado al conjunto blanco con un cabezazo imparable, fue el propio capitán del cuadro madridista el que puso la sombra en el choque.
En una acción a priori sin peligro, Joselu y Marcelo lucharon por el balón. Una vez se escapó el cuero, Sergio Ramos, en la pugna con el delantero del Alavés, sacó el brazo, golpeó en el cuello y arrastró al ariete, que cayó en el área.
No dudó Cuadra Fernández en pitar la pena máxima, con amarilla incluida para Sergio Ramos. Lucas Pérez cogió el balón, llegó a los once metros y engañó a Areola para poner el 1-1 en el electrónico.
Reaccionó bien el Real Madrid, que pocos minutos después volvió a adelantarse en el electrónico. Ya con Rodrygo en lugar de Bale, Isco cabeceó en el área chica, Pacheco envió el balón a la madera y, en el rechace y en boca de gol, apareció Carvajal para empujar el balón.
30 de noviembre de 2019