Se dice que la Champions es la competición más emocionante y que más pasiones levanta. No son palabras vacías. Se basan en la experiencias de años y años de partidos.
Y es que durante la cuarta jornada de esta edición, se volvió a vivir ese milagro europeo en los partidos Ajax-Chelsea y Borussia-Inter. Dos remontadas que hicieron vibrar a los aficionados neutrales.
Pero es que durante la pasada campaña acontecieron milagros incluso mayores. El Atlético cortocircuitó en Turín perdiendo una ventaja de dos goles. Lucas Moura, por su parte, echó el cierre al sueño del Ajax de volver a levantar la 'orejona'.
Tampoco se puede olvidar, claro está, la hecatombe que el Barcelona sufrió en Anfield ante el Liverpool. Un partido que nadie se esperaba y por el que los nombres de Origi y Wijnaldum se ganaron un hueco en la historia del club.
Pero ellos dos no han sido las dos únicas bestias negras de los 'culés'. También aparece un griego, de nombre Manolas, que hizo la delicias del Olímpico de Roma.
Aunque los azulgranas también han sabido golpear en varias ocasiones, como el 6-1 al PSG que terminó con la imagen de Sergi Roberto anotando el último tanto en el tiempo añadido.
Algo más lejana en la memoria está la final de 1999, cuando el Bayern dejó escapar el trofeo en el último suspiro ante el Manchester United con dos goles en el descuento de Solskjaer y Sheringham.
Una bella historia de sonrisas y lágrimas, según el bando, que no para de repetirse a lo largo de la historia. Esperemos que esta Champions que tanto gusta nunca cambie.