Revolución de los suplentes y paz insuficiente en la final por todo lo bajo

Se enfrentaban el último y el penúltimo de Segunda. Y se notó sobre el césped. Alcorcón y Amorebieta mostraron más miedo y limitaciones que fútbol en el inicio del primer tiempo, aunque por suerte el ritmo cambió en la segunda mitad.
Hubo que esperar 26 minutos para ver algo parecido a una ocasión. Bellvís probó suerte con una volea de primeras desde lejos que se fue muy desviada. Así estaba la cosa como para entender que algo así era reseñable.
Irazabal se lesionó y el Amorebieta tuvo que dar entrada en su lugar a Sagastibeltza poco antes de adelantarse en el marcador. Se cumplía la media hora de juego cuando una falta lateral abriría el marcador y haría mejorar al encuentro.
Larrazabal botó una falta pegada a la banda izquierda del ataque de los visitantes. Y nadie logró tocar la pelota. Ni defensas ni delanteros cambiaron la dirección de un esférico que, casi llorando, acabó en el fondo de la portería.
Esto espoleó al Alcorcón. Obligados por las circunstancias, los 'alfareros' se fueron adelante y dejaron atrás el miedo. Antes del descanso, Arribas desperdició una gran ocasión. Se plantó solo ante Saizar, aunque algo escorado, y el meta sacó a córner el derechazo del atacante.
La reacción de los de Fran Fernández continuó en el segundo tiempo. Arrancó mucho mejor que su rival y el técnico ayudó a agitar el árbol con dos cambios. Zarfino y Juan Hernández entraron y el segundo logró el empate en el 56'.
Arribas provocó un penalti cogido con pinzas. Fue a tirar en el área y un defensa le rozó, o él al defensa, justo cuando iba a ejecutar el disparo. Pero el colegiado no dudó y concedió la pena máxima. Juan Hernández falló su primer intento, pero el rechace de Saizar le volvió a los pies para que hiciera el 1-1 a placer.
Se creció el equipo local tras la igualada y fue mucho mejor que un Amorebieta algo rácano. La bola y las llegadas eran 'alfareras', si bien las ocasiones tampoco terminaron de llegar en manada. Un remate de Zarfino a las manos de Saizar y otro desviado de Escobar fue todo el arsenal de los locales.
Pero los suplentes aún tenían mucho que decir en el partido en un loco añadido. Álvaro Peña, que había avisado en el 85' con un remate alto, puso el 1-2 en el 91' tras controlar con el pecho y batir por el segundo palo a Dani Jiménez.
Parecía la condena final que hundiría aún más al Alcorcón. Pero aún quedaba una sorpresa final. Marc Gual, otro suplente, encontró el 2-2 en un balón muerto en el área. Fusiló a Saizar para dejar en tablas la final por todo lo bajo en Santo Domingo. Alcorcón y Amorebieta siguen en las dos últimas posiciones con ocho y 13 puntos, respectivamente.