La Champions League es territorio único del Real Madrid. Pasan los años y, cuando llegan los momentos importantes, planta su bandera en la máxima competición europea.
Dio igual al equipo de Ancelotti ir a Anfield. También el escuchar al unísono el You'll Never Walk Alone, o el 2-0 con el que comenzó el partido. Al Real Madrid no se le da por muerto nunca.
Ancelotti tenía un plan. Encajar dos goles no le iba a privar de hacerlo. Y ese plan se llamaba Vinicius. Vio el italiano la debilidad defensiva del Liverpool en la banda de Alexander-Arnold. Y ahí comenzaron a llegar los problemas 'reds'.
Inicio arrollador
No había salido el Real Madrid de vestuarios cuando el Liverpool ya vencía por 1-0. Darwin Núñez se inventó una genialidad en forma de taconazo para aprovechar la primera de las internadas de Salah ante Alaba.
Bailó el egipcio al austriaco el tiempo que el defensa del Real Madrid estuvo sano. Se marchó lesionado con el 2-1 en el marcador y una sensación de fragilidad muy preocupante.
Homenajes a Karius
Los Liverpool-Real Madrid siempre quedarán marcados por los errores de Loris Karius en la final de Champions. Primero, por parte de Courtois, que le regaló el balón a Salah en vez de despejar la pelota, en el 0-2. Después, Alisson, que pasó al lado en el que estaba Vinicius para que el brasileño marcase sin querer.
En mitad de todo ello, el Real Madrid despertó a través de su mejor hombre. Pasó de estar en el purgatorio a camino del cielo. Y lo hizo con Vinicius como arma. El brasileño cuajó una excepcional primera parte y una buena segunda, cuando el cuadro blanco dejó encarrilado el pase a los cuartos de final. Todo cambió con el gol ajustado que supuso el 2-1.
Una lesión... ¿providencial?
El Liverpool hacía daño en cada ocasión que llegaba por la derecha. Parecía el campo volcado hacia esa banda, pues el Real Madrid atacaba por la misma. En la última jugada de Alaba, justo en la que se lesionó, Militao sacó un balón bajo palos que hubiese supuesto el fin de la rebelión 'merengue'.
La entrada de Nacho dio mayor solidez a la defensa del Real Madrid. Salah desapareció del partido y el paso por los vestuarios terminó por confirmar que este Liverpool no es el de antaño.
Militao, como si fuese un senior en un partido de juveniles, entró solo para rematar en el área chica y confirmar la remontada blanca. Quedaba toda la segunda mitad, pero el Liverpool había hincado la rodilla.
Una exhibición por Amancio
La segunda parte fue territorio madridista. El Liverpool pareció un equipo chico, poco acostumbrado a estar en estas fases de la Champions League. Le entró miedo y fue un juguete en manos del Real Madrid.
Benzema apareció por primera vez en esta Champions. El máximo goleador de la pasada edición dedicó su doblete a Amancio en uno de los días más tristes del club. Y los de Ancelotti quisieron brindarle una victoria abultada.
El primero de sus goles llegó con ayuda de un Joe Gomez que quizás duró demasiado en el campo, al menos para los intereses ingleses. El segundo, una delicia con recorte a Alisson que confirmó que el descanso ante Osasuna fue positivo para sus piernas.
Hasta Anfield aplaudió al francés y a un Luka Modric que dice "no" a una retirada cercana. Otro clinic del croata, que exhibió piernas para recuperar y correr, para robar y cabalgar. Y se ganó, una vez más, la renovación.