El futuro de Marco Asensio pasa, de forma inexcusable, por el Real Madrid. Su cláusula de 700 millones de euros es la única solución que tienen los grandes de Europa para hacerse con el balear, al que la 2018-19 le pobló la cabeza de dudas. Nunca las hubo en el club y tampoco en un Zinedine Zidane que, entre sus muchas obligaciones, debe recuperar su mejor versión. El atacante, por su parte, no quiere moverse.
En este punto cabe recordar que fue Zidane el que le dio su total confianza hace tres veranos, cuando le hizo un hueco en la primer plantilla pese a su juventud e inexperiencia. Entró poco a poco en sus planes, con algún golazo que otro, y terminó siendo decisivo en el tramo final. Marcó, por ejemplo, en la semifinal y final de aquella Champions League.
Una temporada más tarde, el '20' descolló desde el inicio con dos zarpazos marca de la casa en la Supercopa de España, tanto en el Camp Nou como en el Bernabéu. Una sonora actuación ante el Valencia continuó una fiesta que trajo elogios, muchos, aunque en ocasiones desmedidos. Se comenzó a hablar del Balón de Oro, del Madrid de Asensio... y todo pasa factura.
De ahí a su peor campaña, la que recientemente concluyó. Lopetegui no explotó sus virtudes, Solari le mandó al cajón del olvido y Zidane, por mucho que lo intentó, no logró recuperar el fútbol eléctrico de Asensio. Para colmo, aquella frase en la que aseguró que él no debía "tirar del carro" no gustó en algunos sectores de la afición.
Pero todo ha cambiado, el nuevo Madrid de Zidane apunta alto y en él tiene cabida Asensio, pese a la llegada de Hazard. Zidane le explicó lo que quiere de él este curso y el zurdo decidió no acudir con la Sub 21 al Europeo de la categoría. Por su mente, después de jugar con los mayores de 'la Roja', solo pasa descansar y volver a tope para la pretemporada.
Será el momento en el que tendrá que volver a pelear, en primer lugar, por volver a ser él mismo. Solo de esa forma podrá reconducir su estatus en la plantilla y encandilar de nuevo a un Bernabéu que no le pierde la fe. Solo tiene 23 años, aunque a alguno se le olvide, y todo el talento del mundo en una zurda privilegiada.