San Mamés se despedía del fútbol una temporada más y los 'leones' no querían dejar un mal sabor de boca en la última cita en casa. Además, los de Marcelino se jugaban sus últimas opciones para entrar en Conference League, ante un Osasuna que ya tenía los deberes hechos y no se disputaba nada más que ganar el derbi.
Los 'leones' fueron los dueños y señores del primer tiempo, ante un conjunto navarro que no se apresuraba en buscar el área contraria. De hecho, ni la olió en los primeros 45 minutos.
La primera del duelo llegó en el 16', gracias a un tiro endemoniado de Nico Williams que obligó a Sergio Herrera a sacar la mano. Fue el primer aviso serio del equipo entrenado por Marcelino.
Sin embargo, las buenas sensaciones sobre el campo contrastaron con la mala suerte que tuvo el conjunto local debido a las lesiones. En el 19', Raúl García dijo basta y tuvo que salir sustituido por Álex Berenguer que, a la postre, se convertiría en uno de los héroes del duelo.
Tras la pausa de hidratación, llegó el tanto de los 'leones'. Berenguer, que estuvo muy bien durante todo el partido, superó a Darko en el salto en la salida de un córner y adelantó al cuadro local con un impecable testarazo de cabeza. El futbolista no celebró el tanto ante su ex equipo.
El corte en el juego no le sentó bien a Osasuna, que encajó el primero y se marchó a los vestuarios con desventaja en el marcador.
No obstante, los navarros salieron con otra cara a la vuelta de vestuarios y se quitaron la timidez con varias llegadas al área del Athletic. En el 58', Budimir desaprovechó una ocasión clarísima para poner las tablas. El delantero remató al primer toque con toda la portería para él, pero su disparo se marchó alto.
En el 73', volvió a gozar de una oportunidad de oro para devolver la igualada, pero de nuevo le faltó atinar de cara a puerta. El ariete pisó el área, pero se acomodó demasiado el balón y perdió ángulo en el disparo, lo que provocó que su remate saliera desviado. La idea era buena, la ejecución no tanta.
Osasuna perdonó y los 'leones' volvieron a morder. Asier Villalibre, quien entró en la segunda parte por un Nico lesionado, se reencontró con el gol en un jugada iniciada por Iñaki Willliams. El atacante se marchó como una bala por la izquierda, vio a Villalibre en el segundo palo, le mando un centro raso y este se encargó de matar el partido.
A partir de ahí, poco pudo hacer un Osasuna que nunca llegó a inquietar demasiado al equipo local. El partido acabó con el Athletic que pudo aprovechar el pinchazo del Villarreal en La Cerámica y que se coloca a un punto de la Conference League a falta de una jornada.