Tras conocerse el fallo del tribunal, ya es público el sumario del 'caso Dani Alves'. Y este detalla los hechos que considera probados y que han llevado al futbolista a una pena de cuatro años y medio de cárcel por agredir sexualmente a una mujer en la discoteca barcelonesa Sutton.
Alves ya ha pasado algo más de un año en prisión preventiva, ya que ingresó en esta en enero de 2023, y en ningún momento se le ha permitido salir de ella pese a los intentos de su defensa. Una vez cumpla, la sentencia también recoge que cumplirá cinco años más de libertad vigilada y una orden de alejamiento de la víctima de nueve años y seis meses. También pagará una indemnización de 150.000 euros y asumirá las costas del juicio. No obstante, aún cabe recurso.
En el texto de 61 páginas, los jueces María Isabel Delgado Pérez, Pablo Díez Noval y Luis Belestá Segura relatan los hechos probados. Y comienzan además hablando del terremoto mediático que ha supuesto el caso, uno de los factores que han llevado a los magistrados a creer la versión de la joven.
"La víctima presentaba temor a denunciar los hechos por las posibles repercusiones mediáticas que pudiera tener y por el hecho de que su identidad pudiera ser revelada. Este temor podría haberse visto confirmado por cuanto, según ha sido expuesto por laletrada de la Acusación Particular, recientemente han denunciado la filtración de los datos personales de la denunciante", expresa la sentencia en referencia a cómo Lucía Alves, la madre del jugador, publicó imágenes de la víctima a través de sus redes sociales.
De este modo el texto considera que no podía existir intención alguna de presentar una denuncia falsa o lograr beneficio con ella: "Ni conocía al Sr. Alves ni consta que tuviera ningún tipo de animadversión hacia el acusado; se conocieron el día de los hechos instantes antes de ocurrir estos. No se ha señalado ninguna causa de incredibilidad subjetiva, alguna rencilla, envidia, celos u otro motivo que le llevara a denunciar unos hechos que no habrían ocurrido según el acusado. Al contrario, de todo lo que ha relatado la víctima, de los partes de baja aportados, de los informes psicológicos y psiquiátricos, concluimos que la denuncia, a priori, le traería más problemas a la denunciante que ventajas".
Otro detalle es que la defensa trató de llegar a un acuerdo económico para frenar el juicio, pero la víctima lo rechazo: "Tampoco cabe hablar de interés económico. Con anterioridad a la celebración del juicio la defensa ha ofrecido la cantidad de 150.000 euros, a lo que más adelante nos referiremos, para que fueran entregados a la denunciante. Esta podría haber aceptado esta cantidad, renunciando seguidamente al ejercicio de acciones civiles y penales, pero no lo hizo, presentando un escrito, de fecha de entrada en esta Sección 11 de diciembre de 2023, por el que se señalaba que no era deseo de la denunciante percibir cantidad alguna durante el procedimiento judicial, salvo lo que se pudiera establecer por la Sala en el caso en que recayera sentencia condenatoria".
February 22, 2024
Ásí relata la agresión sexual
La sentencia de la Audiencia de Barcelona refleja la descripción de los hechos, comenzando por el momento en el que se encuentran en uno de los reservados de la discoteca. En un inicio, la joven no reconoció al entonces jugador de Pumas UNAM y ex de Sevilla, Barça, Juventus, PSG o Sao Paulo: "No recuerda el momento exacto en que se dio cuenta que uno de ellos era Dani Alves. Sí sabe que no les dejaban sacar el móvil, hacer fotos. Oyeron que era alguien famoso. Estando en la mesa trajeron una botella de cava o champán y les ofrecieron una copa. Ella no quería, la dejó".
"El acusado le hacía comentarios que no entendía. Notó en él una actitud de superioridad o prepotente. Le dijo: '¿es que no sabes quién soy?'. Le dijo que jugaba a la petanca en Hospitalet. Tras eso solo recuerda momentos puntuales en que él le decía que se fueran. Ella le decía que sí, en 5 minutos. En un momento él se puso detrás de ella, le cogió su mano y se la puso detrás poniéndoselas en sus partes bajas. Lo hizo una segunda vez y se empezó a asustar. Empezó a hablarle en un idioma que no entendía", relata.
Continúa con la explicación de ella sobre cómo acabó en el baño: "Él le decía que se fueran a otra parte. Se le pasó de todo por la cabeza. Ella acudió a hablar con él, después de que él se alejara un poco. Le pidió que fueran a hablar. Le dijo a su prima que él quería hablar. Quiso ir a hablar con él. Esto lo hizo porque tenía miedo de que después estos chicos les pudieran seguir. Por eso fue a hablar con él. Él se ubicó al lado de la zona VIP y le dijo que fuera. Al llegar allí vio un pasillito oscuro con una puerta negra. Un pasillo que seguía hacia arriba. El abrió la puerta, estuvo en ese lugar y se le pasó de todo por la cabeza y se asustó. No vio ni el lavamanos ni el váter. Luego se dio cuenta de dónde estaba metida".
Los jueces concluyen que la víctima sí que bailó de forma "insinuante" y que acudió de forma voluntaria al otro espacio con Alves para estar un lugar más "íntimo". Sin embargo, esto no debe servir de pretexto para valorar la intención o no de la joven. "Estas actitudes o incluso la existencia de insinuaciones no suponen dar carta blanca a cualquier abuso o agresión que se produzca con posterioridad; el consentimiento en las relaciones sexuales debe prestarse siempre antes e incluso durante la práctica del sexo, de tal manera que una persona puede acceder a mantener relaciones hasta cierto punto y no mostrar el consentimiento a seguir, o a no llevar a cabo determinadas conductas sexuales", razona.
Así, la reconstrucción explica que la víctima fue forzada y no se le permitió abandonar el lugar cuando se arrepintió: "En cuanto quiso salir él se puso en medio y cerró la puerta. Ella decía que se quería ir. Él le dijo que no. Allí fue cuando empezó a pasar todo". "La denunciante en su declaración en el plenario ha manifestado no recordarlo todo, sino momentos puntuales: le vienen 'flashes' de estar él sentado, estirándole hacia él. Recuerda que luego le giró y le puso en el lavamanos y después pasó todo muy rápido. Momento en que él le puso contra el suelo, le tiró al suelo, fue cuando le hizo la herida de la rodilla. Él tenía los pantalones bajados, tenía el bajo abdomen tatuado, se empezó a paralizar bastante", sigue.
"Él estaba sentado en la taza del váter. Ella de rodillas. La cogía de la mandíbula y le empezaba a dar bofetadas. Él le decía que ella dijera que era su p*tita, le hablaba en portugués, la levantó, la giró en el lavamanos. Él le subió el vestido. Estaba intentando tocarle a ella. Ella estaba apoyada contra la taza del váter, empezó a tocarle más, a manosearle, la empezó a penetrar. En ese momento no podía aguantar más, tenía sensación de ahogo. Sensación de angustia. Ella pensó en dejar de luchar, de dejarse ir, tenía la sensación de estar cayéndose. Recuerda que paró, se separó y vio una mancha en el suelo. Ella quería bajarse el vestido y quería coger el bolso que estaba en el suelo y quería irse pero él dijo que saldría él primero. Se le hizo eterno no poder salir, se sentía encerrada. Al salir fue a buscar a su prima y tenía como la vista anulada", concluye la explicación de los hechos.
Las consecuencias psicológicas en la víctima y la resolución
Como explica el texto de los jueces, la joven se resistió a denunciar los hechos y fueron los Mossos d'Esquadra quienes la instaron a hacerlo: "Le dijeron que era grave y que tenía que poner la denuncia. El día que fue a denunciar fue a Urgencias y le tuvieron que dar tranquilizantes. El vestido lo llevó a Mossos. En Hospital Clinic le dieron medicación para no contraer infecciones. El acto se produjo sin preservativo. Posteriormente a los hechos ha recibido tratamiento psicológico y psiquiátrico".
"Por su cuenta intentó no tomar medicación. Fue al psiquiatra por su cuenta. Pero decidió hacerlo sola porque el psiquiatra le ofrecía un tratamiento con pastillas largo. Una vez pasó el verano y pasó septiembre intentando rehacer su vida, tuvo un bajón muy fuerte y tuvo que pedir otra vez ayuda. A raíz de esta situación decidió empezar un tratamiento", apunta.
Por último, uno de los puntales de los magistrados para declarar como culpable a Dani Alves es cómo se portó tras los hechos: "No se paró, no se interesó por saber lo que le ocurría a aquella con la que había mantenido un encuentro sexual 'en el que ambos estaban disfrutando tanto".