Fue un encuentro preso de la demencia. Con hasta cuatro consultas vitales al VAR en la primera mitad, el único tanto tras la reanudación fue el que terminó desnivelando la balanza. Y el autor fue Sergi Enrich, merced a un gran testarazo que heló Montilivi a 20 minutos para el final.
Resultó un tanto tan bonito como complicado. Todo lo había comenzado Orellana. En un partido bastante notable del chileno, se coló por la derecha y vio clara la opción del centro.
Ahí emergió la cabeza de Sergi Enrich. Un salto poderoso le valió para ganar ventaja en el testarazo. Sin embargo, la posción no era la mejor para ello. Pero su buen giro lateral le permitió sacar de espaldas un fuerte cabezazo en globo.
La bola se fue para el segundo palo, prácticamente para la escuadra, y Bono solo pudo ver cómo entraba en la red.
Sergi Enrich corrió como un loco para la banda a celebrar un tanto que en ese momento era fundamental y que, tras el pitido final de Prieto Iglesias, se confirmó como definitivo.
Además, le permitió llegar a una cifra redonda de goles en la élite. Ya son 25 los tantos que suma el atacante mallorquín, quien amplió su ventaja como máximo anotador histórico del Eibar en la élite.
6 de octubre de 2018