Ya la había ganado dos partidos antes, pero la tradición dice que la celebración del título de liguero en Alemania, copa en mano, es en la última jornada del torneo. Y ese fue el gran centro de atención en el Wolfsburgo-Bayern de Múnich.
Los jugadores muniqueses recibieron la ensaladera en el Volkswagen-Arena con los únicos aplausos de los directivos que estaban en las gradas acompañando a al expedición.
Además, no corrió la cerveza, como suele ser habitual en lo que deja unas estampas muy recordadas.
Todo ello por el protocolo sanitario que ha hecho que el fútbol fuera sin público y con muchas limitaciones. Y aunque no se esperaba, no hubo una sola mascarilla entre los jugadores y el cuerpo técnico que cantó y bailó sobre el terreno de juego.