Suárez recupera el olfato; Griezmann, una sombra en el Coliseum

En el minuto 66, con 1-0 en contra en el Coliseum Alfonso Pérez contra el Getafe, Antoine Griezmann fue sustituido por Diego Simeone; ahora un cambio habitual, antes una rareza, cuando el atacante francés era el goleador incontestable e indispensable del Atlético de Madrid, en el que Luis Suárez recuperó su papel decisivo del curso pasado con dos goles para establecer la agónica remontada del conjunto rojiblanco.

De 2014 a 2019, 133 goles en 257 partidos, Griezmann fue un líder sin discusión. Una referencia ofensiva irrenunciable en cada partido, más aún si el marcador expresaba un empate o una derrota, como este martes, cuando atravesó ya la hora de partido en desventaja, doblegado entonces por el testarazo de Mitrovic.

Ahora rebusca aquella versión, de la que, por ahora, en su reencuentro con el Atlético y el técnico, Diego Simeone, que más brillo le dio, no hay apenas rastro. Ni por volumen de juego ni por participación, entonces decisiva, en el fútbol de su equipo ni por remates -apenas dos desde lejos, uno altísimo en 66 minutos- ni por goles -ninguno en cuatro duelos-. No se encuentra a sí mismo... Ni el equipo tampoco a él, al menos en la expresión que se presupone,

"Confío absolutamente en Antoine, es un jugador importantísimo para nuestro equipo y todo lo que le tenía que decir de lo que veo de él y lo que me gustaría que crezca ya se lo he dicho", apuntó Simeone en la víspera del cuarto encuentro del atacante francés, tres desde el once titular, desde su regreso desde el Barcelona.

Aún no ha encajado Griezmann en el 'nuevo' Atlético de Madrid, por mas insistencia en ello del técnico, que repitió este martes en Getafe la apuesta conjunta por el atacante francés, Luis Suárez y Ángel Correa, esta vez dentro de un 4-4-2 y con un suspenso de cada uno de ellos hasta la reaparición goleadora del '9' charrúa.

Como en aquel primer tiempo en el triunfo contra el Espanyol por 1-2 -los dos goles llegaron en el tramo final, en los minutos 79 y 99, cuando ya no compartían titularidad-, tampoco funcionó la asociación de tres futbolistas ofensivos de la talla de ellos, ajenos al gol cuando jugaron juntos, casi también a las ocasiones.

En los 66 minutos enlazados los tres sobre el terreno (hasta que Griezmann fue reemplazado por Matheus Cunha), el Atlético nada más tuvo una oportunidad. De Luis Suárez. Más por error ajeno -de la defensa del Getafe en un despeje- que por acierto propio. El '9' uruguayo remató solo ante David Soria, cuya fenomenal respuesta apagó la única luz en ataque del campeón en el primer acto, cerrado con el 1-0 de Mitrovic, en la última acción antes del descanso.

"Luis Suárez fue de los últimos que llegaron a la pretemporada. Después cuando hubo el parón, que empezaba a ponerse de mejor forma, tuvo que parar por el problema que los médicos comentaron (un edema en la rodilla), y es normal que tome su tiempo para ponerse de la mejor forma y lo hará, porque es un jugador muy importante para nuestro equipo", expuso el técnico en la víspera del '9' uruguayo, que había marcado un gol en seis encuentros, tres desde el once.

Primero cabeceó al larguero, después falló una inmejorable opción ante David Soria... Demasiado para un goleador de su talla, que, a falta de un cuarto de hora para el final, ya no desaprovechó ni una más: recibió el pase dentro del área y remachó el 1-1 en el minuto 77; cabeceó un centro de Sime Vrsaljko en el 90 para anotar el 1-2. Factor diferencial para ser campeón, recuperó tal distinción en Getafe (1-2). Un alivio para Simeone y para el Atlético.