174 fallecidos y unos 200 heridos. Ese es el último balance de la tragedia acontecida en el Kanjuruhan Stadium.
Unos hinchas del Arema saltaron al terreno de juego y, para tratar de mantenerlos a raya, la policía uso gas lacrimógeno. Eso desató estampidas y se cobró la vida de cientos de personas. Esa es al menos la hipótesis que baraja el gobierno indonesio sobre lo ocurrido.
Camará, jugador del Arema, lo vivió en primera persona. "Empezamos a escuchar tiros, empujones... Teníamos personas dentro del vestuario que sufrieron los gases lacrimógenos y murieron allí mismo, frente a nosotros. Había siete u ocho muertos allí", relató a 'Mais Futebol'.
"Tuvimos que permanecer allí durante cuatro horas antes de que lograran alejar a todos. Cuando nos fuimos, cuando todo estaba más tranquilo, había sangre, zapatillas, ropa por todo el pasillo del estadio...", continuó.
En el exterior del estadio, más caos: "Cuando salimos del estadio en el autobús, había coches quemados, tanto de civiles como de policías. Tuvimos un viaje tranquilo a nuestro centro de entrenamiento, tomamos el auto y volvimos a casa. Ahora estamos esperando a ver qué pasa".