El derbi de Barcelona quitó las caretas a los dos conjuntos de la Ciudad Condal. Llegó Abelardo y pareció despertar el Espanyol, que vivió un tobogán de emociones ante el eterno rival. Primero creyó en la victoria, luego vio que le volvía a pasar lo de siempre y finalmente firmó un empate que no le sirve de mucho en la clasificación, pero que supone un chute de energía a un equipo que estaba moribundo.
Tampoco la igualada sirve de mucho para los de Valverde. Sí, el Barça sigue líder y salvó el oficioso título de campeón de invierno, pero volvió a dar un paso atrás cuando podía mantener la ventaja que había con el Real Madrid después del último tropiezo de los blancos en 2019.
La llegada del nuevo año no llegó con nuevos propósitos para un equipo azulgrana que sigue dando una de cal y otra de arena fuera de casa. De nuevo estuvo 'missing' Griezmann y esta vez incluso Messi apenas pudo entrar en juego. Algo extrañísimo en el argentino cuando hablamos de un derbi.
Ausentes dos de los principales argumentos ofensivos del Barça y todavía de vacaciones el centro del campo, la primera parte de los 'culés' no estuvo a la altura de uno de los choques más vibrantes de la historia de la Liga.
Poco juego y 1-0
Sí que mejoró el Espanyol, aunque no era muy difícil mejorar las prestaciones de los últimos meses. Abelardo le ha dado solidez al Espanyol y los 'pericos' aprovecharon la única que tuvieron en la primera parte para ponerse en ventaja. Marc Roca templó un balón al corazón del área y David López peinó a la red. Neto, sustituto por obligación de Ter Stegen, también se dejó los deberes por hacer en las Navidades: 'estatua' y 1-0 para los 'pericos'.
El Barça no reaccionó de inmediato. Messi trató de tirar del equipo, pero fue Luis Suárez el que terminó por levantar a los suyos en uno de sus arrebatos de garra. Se fue de Bernardo como quiso y chutó con el exterior al palo.
Entre sobresaltos para los locales y con el Barça oliendo sangre acabó la primera parte. Valverde reaccionó entonces con la entrada de Arturo Vidal por un gris Rakitic. El chileno, protagonista durante las últimas dos semanas, se empeñó en seguir siendo noticia en el derbi.
El equipo azulgrana mejoró mucho tras el descanso. Entre Vidal y Messi comenzaron a aparecer cada vez más y el 1-1 no tardaría demasiado en llegar. Curiosamente, no lo hizo gracias a ninguno de los dos. Colgó el balón al área Jordi Alba y la zaga del Espanyol le confirmó a Abelardo que aún tiene tarea. Se durmieron Bernardo y Naldo y remató solo Luis Suárez a la red.
De la roja a De Jong al empate
Como suele suceder en estos casos, el líder se sintió grande y el Espanyol muy pequeño. Y Luis Suárez volvió a demostrar que las vacaciones -y su segunda boda- le han sentado mejor que al resto. Recuperó un balón muerto y se lo puso en la cabeza a Vidal, que culminaba una remontada que después quedaría en nada.
Se fue al limbo por la roja a De Jong, que complicó al equipo con una nueva doble acción infantil en la que confirmó que aún le falta coger mucho más cuajo para ser indiscutible en el Barça. Fue la grieta por la que vislumbró un halo de esperanza el Espanyol, extramotivado con el 'Monito' Vargas y Wu Lei en el campo.
Ambos encontraron el camino al gol casi sin tiempo para más, justo después de que Luis Suárez perdonara la sentencia en dos ocasiones claras al contragolpe. El empate, que llevó el sello del chino y no valía de mucho a ninguno, no terminó de espolear al Espanyol, que se debatió entre nadar o guardar la ropa y se quedó a medias. El Barça también lo intentó en el añadido, aunque sin la claridad necesaria para obrar lo que para entonces ya era todo un milagro.
Turno de pensar en la Supercopa. Sin descartar la Liga, eso sí, donde el Real Madrid vuelve a estar a tres goles del liderato. Ambos muy lejos de un Espanyol que seguirá cerrando la tabla, pero a quien la igualada ante el líder le permite creer en el nuevo proyecto del 'Pitu'.