El 'Boxing Day' es un día especial en el fútbol inglés, y aunque técnicamente sea una jornada más, por alguna razón que de manera racional no se puede entender, los jugadores dan el 100% para brindarnos auténticos partidazos. Eso ocurrió en el Eithad, entre Manchester City y Leicester.
Arrancó el equipo de Guardiola como una apisonadora. El Leicester solo pudo achicar balones en los primeros minutos, y tanto fue el cántaro a la fuente que acabó encajando el 1-0 cuando apenas habían pasado cinco minutos de partido.
De Bruyne inauguró el marcador con su pierna menos buena, pero el Leicester no reaccionó. De hecho, fue a peor, y al cuarto de hora cometió el primer penalti del partido, un agarrón de Tielemans a Laporte que el colegiado señaló tras acudir al monitor a juzgar por sí mismo la acción.
Mahrez fue el encargado de convertirlo, y apenas seis más tarde Gündogan, aprovechando un fallo de Schmeichel al cortar un centro, hizo el tercero. El cuarto llegó también de penalti, en el 25', otra vez con Tielemans como protagonista, aunque esta vez la falta fue a Sterling, quien además lanzó la pena máxima, y la convirtió.
Todo ello, mientas los 'foxes' apenas se acercaban a los dominios de Ederson. Aunque esa fue la impresión general que dio el primer periodo. Por lo cierto es que las estadísticas decían otra cosa bien distinta.
Y es que tras el primer tiempo, el cual concluyó con un clarísimo 4-0 para el City, ambos habían realizado casi los mismos tiros (diez por ocho), con la diferencia de que al City le habían entrado cuatro.
Eso fue lo que mató en la primera parte al Leicester, no su falta de acierto (tuvo hasta un tiro al larguero de Maddison), sino que el City metía casi todo lo que tiraba. Y Brendan Rodgers se dispuso a arreglarlo en la segunda parte.
Hizo un cambio bastante conservador, en apariencia, al descanso. Metió a Choudhury por un discretísimo Ayoze, y le funcionó. Porque el partido empezó a jugarse a otro ritmo y los 'foxes' hicieron gran daño a su rival a la contra.
Entre el 55' y el 65', en diez escasos minutos, el Leicester hizo tres goles en tres contragolpes, y el City se tambaleó. Pasó de tener el partido bajo control a temer, y con razón, que su rival, que al descanso perdía 4-0, pudiera darle la vuelta al marcador.
Pero entonces apareció Laporte en el 69' para con un buen testarazo sacar al City del letargo, sacudirle el miedo y hacerle de nuevo líder del partido.
El gol del zaguero internacional español fue un mazazo para las aspiraciones del Leicester, que pareció darse por vencido entonces. Se le apagó la chispa, la esperanza de remontar o tan siquiera empatar el partido.
El City siguió dominando el balón, buscando un sexto gol, y este llegó al filo del 90', otra vez a balón parado, un tormento hoy para los foxes', tras cazar Sterling un mal remate de cabeza de Rúben Dias.
El partido fue un partidazo, digno del 'Boxing Day', una fecha muy señalada en el fútbol inglés que 'citizens' y 'foxes' honraron este domingo.