El Barça no pudo cerrar con pleno la semana en la que Ronald Koeman confiaba para reengancharse al título y vio cómo el sábado el liderato volvía a estar un poco más lejos tras un tropiezo inesperado ante el Valencia en el Camp Nou.
A los de Javi Gracia les bastó con realizar un partido muy serio para sumar. Se valieron de la indolencia azulgrana en la primera parte y luego supieron no venirse abajo tras el arreón de los de Koeman para remontar el partido.
El partido del Valencia se asemejó bastante al que se el atragantó al Barcelona en el Carranza hace un par de semanas. El Valencia, lejos de los nombres del pasado, cedió el balón y la iniciativa al Barça, que no se asemejó en nada al de la Real Sociedad y apenas creó peligro en 45 minutos más que añadir a la casa de los horrores de esta temporada.
Sin fútbol ni ocasiones
Si la primera parte ante los donostiarras fue un goteo constante de ocasiones y el partido no quedó sentenciado por la falta de puntería azulgrana, la firmada ante los 'ches' estuvo en el polo opuesto. El Barça se fue a vestuarios casi sin tirar a portería y con un 1-1 casi hasta inmerecido después de un polémico penalti de Gayà a Coutinho que transformó, a la segunda, Leo Messi.
Antes, el Valencia había sabido esperar su oportunidad. El Barça arrancó mandando, pero sus ataques morían constantemente en la frontal. A los 'ches' les bastó con aprovechar los errores rivales para poder mostrar sus garras. Fallaron de forma consecutiva Busquets, por dos veces, y Dest, y Ter Stegen tuvo que multiplicarse.
A la cuarta llegó el 0-1. Nadie se enteró de lo que pasó en el saque de esquina y Diakhaby remató tan solo como Origi en Anfield. Griezmann le siguió con la mirada y el central 'che' cabeceó a la red el 0-1. Demasiadas similitudes entre dos acciones muy preocupantes.
El gol despertó a varios sospechosos habituales como a Coutinho y al propio delantero francés. Sobre él llegaría el penalti de Gayà que igualó el partido. Hernández Hernández no dudó con el leve empujón del lateral a Griezmann, pero sí con el color de la amonestación. Primero roja y después amarilla. Leo, pese a que falló el penalti, empató y atrapó a Pelé a centro posterior de Jordi Alba.
Mejor con De Jong
Con el 1-1 se llegó al descanso y el Barça sí que mejoró bastante con la entrada de De Jong por un horrible Busquets. El centrocampista neerlandés, reservado por molestias, cuajó una gran segunda parte, en la que dio continuidad a sus últimos buenos partidos, aunque no fue suficiente.
El Barça hizo el 2-1 muy pronto y tal vez esa fue su penitencia. Antes, eso sí, Cheryshev malogró la más clara para los visitantes, un remate que era casi un penalti tras un jugadón de Guedes que rasgó las vestiduras de Mingueza. Pero fue Araujo el que aprovechó un balón suelto para, con un tijeretazo, poner en ventaja a los 'culés'.
Fueron los mejores minutos del Barcelona y Jaume se tuvo que multiplicar para evitar la sentencia en acciones ante Braithwaite, Mingueza y Coutinho. Entre medias, el central volvió a dejar claro que aún está tierno. Guedes imaginó, Gayà centró y Maxi Gómez se anticipó al central de La Masia para poner el empate.
El tiempo voló para unos y pasó muy despacio para ambos de ahí al final y Koeman volvió a fallar en su lectura del choque. Inexplicable el cambio de Lenglet por Coutinho cuando el equipo necesitaba un gol y tardío el de Pjanic por Pedri cuando el centro del campo exigía control e imaginación.
Sin tiempo para un milagro de última hora, el Barça volvió a dar un paso atrás en una Liga que ya parecía complicada y que parece más imposible que nunca. El Valencia, con lo que tiene, sigue dando la cara ante los grandes merced al enorme trabajo de Gracia.