Yanis y Caye condenan al Albacete a la heroica

Qué difícil tiene el Albacete jugar en Segunda División la próxima temporada. Los blancos terminaron el partido de La Rosaleda a siete puntos de la permanencia, pero también a expensas de lo que hagan todos sus rivales en la lucha por evitar el descenso a la Primera División RFEF.
Las matemáticas dicen que el cuadro manchego aún tiene opciones de salvarse, aunque la lógica dice que son ínfimas. Ocho partidos por delante y con enfrentamientos tan duros como las visitas a Vallecas o al Juegos del Mediterráneo.
Mucho más optimistas son las sensaciones en el Málaga, que sumó su segundo triunfo consecutivo y sigue acercándose al 'play off' de ascenso a Primera División. Los andaluces, no obstante, al igual que los manchegos, lo tienen muy complicado. Por el momento, nadie les puede quitar los 48 puntos con los que defienden la novena posición de la tabla.
El equipo de Sergio Pellicer se mantuvo ordenado en defensa y aprovechó sus opciones al contragolpe. Así logró aumentar distancias, porque el primero llegó en una acción a balón parado. Antes, Algredo Ortuño y Caye Quintana provocaron los primeros "uy" en la Costa del Sol.
Tras un saque de esquina, Benítez disparó a portería desde la frontal del área y Yanis Rahmani se cruzó intencionadamente para desviar la trayectoria y mandar el balón a las mallas. Los blancos reclamaron fuera de juego, pero Flavien Boyomo se quedó enganchado. Error imperdonable.
El Albacete tardó en recomponerse del primer mazazo. El tiempo fue avanzando y Ortuño pudo poner el empate antes del descanso, pero tras el paso por los vestuarios llegó el segundo gancho 'boquerón', que fue definitivo a pesar de llegar en el 56'.
El que a la postre fue el definitivo 2-0 llegó prácticamente en tres toques, al contragolpe. Jairo partió desde su propio campo, recibió un envío larguísimo y centró al segundo palo, donde Caye solo tuvo que poner el pie para aumentar distancias.
Y así murieron las aspiraciones en el encuentro de los de Alejandro Menéndez. Ni siquiera los cambios lograron revolucionar un partido que, probablemente, les pudo haber puesto un pie en la Primera RFEF.