El eterno veterano

El gol se paga, pero contar con un delantero de garantías no tiene precio. El Deportivo Alavés suma un tesoro con el eterno veterano. El que cumplirá 36 años el 25 de noviembre y seguirá anotando como si viviera en una segunda juventud. Kike García apagó la música y rescató el 1-1 ante el Mallorca en la jornada 26 de Primera División. El ariete estuvo en su sitio para rematar hacia el fondo de las mallas un balón al segundo palo de Carlos Martín. Ese preciso instante tiró por la borda el trabajo del equipo de Jagoba Arrasate, recompensado por la maravilla de Takuma Asano.
Al fútbol le costó brillar en la segunda mitad. Quizás, esta vaya a ser la tónica de los partidos conforme llegue el momento de la verdad. Con las castañas en el fuego y la urgencia de cumplir los objetivos de la temporada. En una vista general, el reparto de puntos hizo justicia a la vez que no dejó satisfecho a nadie. Porque los bermellones pierden la 'chance' de mirar con mayor lujo de detalles hacia las plazas europeas. Y el 'Glorioso' seguirá remando en busca de la corriente que le saque de los puestos de descenso. Está en el rebufo inmediato de Las Palmas, pero tendrá que esperar.
El honor fue la seña de identidad de los locales desde el comienzo. Su rival asumió la iniciativa en los primeros compases, pero de nada sirvió. Hasta que llegó un saque de banda de Pablo Maffeo. El carrilero sacó la catapulta a pasear y el esférico quedó muerto en el área después de la disputa de Vedat Muriqi. Takuma Asano san rindió tributo a las voleas y sacó a pasear su diestra con un disparo perfecto a la escuadra más cercana de Antonio Sivera. El capitán 'babazorro' voló para la imagen, aunque ni un santo milagro era capaz de parar semejante belleza. 1-0 y fiesta desmedida.
La tarde se antojó plácida con la resaca emocional por el Dia de les Illes Balears. Y el 2-0 no se plantó en el luminoso antes del descanso porque su 'pirata' no lo quiso. Sergi Darder le sirvió en bandeja una bendición al espacio y el kosovar se plantó en el mano a mano. Recorrió metros y esperó al momento perfecto para sacar la vaselina. Superó al arquero enemigo, pero la trayectoria del intento se marchó ligeramente desviado. En el fallo del anfitrión estuvo la resiliencia del invitado, que se marchó con opciones de sacar algo productivo de territorio insular por demérito ajeno.
No obstante, la preocupación en el Deportivo Alavés estaba más que justificada. Apenas fue capaz tácticamente de responder a la propuesta de Jagoba Arrasate. Carlos Martín fue el único discípulo vestido de blanquiazul que hizo dudar a Dominik Greif. El guardián estuvo bien posicionado para detener con seguridad una volea de zurda del '15' a la salida de una falta lateral botada por Carles Aleñá. Prácticamente, en aquel momento falleció la primera mitad. El dominio incontestable del Mallorca invitó al optimismo de cara a una segunda mitad con más opciones morales que realistas.
Pese a la necesidad, Eduardo Coudet optó por continuar la contienda sin modificaciones en el intermedio. Y si el de mayor urgencia no agitó el árbol, el otro menos. Jagoba Arrasate pudo darse un canto en los dientes con el desempeño de los suyos en el camino hacia las plazas continentales. El coeficiente UEFA es la luz que hace soñar a las Islas Baleares con su representante paseándose por el Viejo Continente. No obstante, a la segunda mitad le costó horrores alcanzar productividad ofensiva. Mucha acción trabada con un carrusel desproporcionado de faltas intencionadas.
Conforme pasaron los minutos, la necesidad se impuso al capricho. Los de Eduardo Coudet dieron un paso al frente, equilibraron fuerzas en sensaciones... y en el marcador. Enrique para unos, Kike para otros. El nombre es el mismo y el delantero nunca cambia. Siempre está en el sitio correcto y en el momento adecuado. Un balón que acabó en Carlos Martín le bastó al '15' para servir un centro hacia el segundo palo. Justo al espacio muerto en la defensa del Mallorca. Esa porción de césped en la que el '17' hizo lo que mejor sabe. Meter la punta y colocar el 1-1 en el luminoso.
Ese fue su último servicio. Porque el cuerpo le pidió paz y no pudo seguir en el encuentro. Su entrenador aprovechó las circunstancias para reajustar el asunto con Facundo Garcés, Moussa Diarra y Ander Guevara en liza. A la vez, Jagoba Arrasate se ahorró las inseguridades y se volcó a por la victoria con 3 referencias en el verde. Cyle Larin y Abdón Prats se sumaron a un Vedat Muriqi menos certero de lo habitual. El '9' fue quien tuvo el testarazo que pudo colocar el 2-1, pero los porteros también tenían cuentas pendientes. Antonio Sivera atrapó la intentona sin problemas.
Precisamente, los seguros de vida fueron los responsables del empate decisivo. El arquero de los 'babazorros' sacó las alas a pasear con una fabulosa estirada a la volea endiablada de Sergi Darder. El delantero kosovar ganó en las alturas un desplazamiento en largo y el mago de los locales buscó la épica del fin de semana con un zapatazo desde la otra punta de la isla. En la acción posterior, Dominik Greif llamó a la calma con una mano salvadora a la vaselina improvisada de Carlos Martín. No acertó, pero el '15' blanquiazul fue el constante dolor de muelas que no deja de molestar.
El Mallorca se vio en líneas generales con la posibilidad de amarrar la victoria. Europa supone una enorme responsabilidad que no supo gestionar dada la reacción del Deportivo Alavés tras el descanso. El coraje de los visitantes tuvo el premio del 1-1 definitivo y el eterno veterano llamado Kike García volvió a demostrar sus ganas de ver a su equipo certificando la permanencia en Primera División. Continúa en descenso. No obstante, reflejar esa ambición con tantas finales por delante en el calendario es un paso al frente del que partir. Nada está cerrado y la Liga promete de lo lindo.