El Dépor frustra al Oviedo en el 91'

Un gol de Ximo Navarro en el añadido le dio el triunfo al Deportivo, que de esta manera infligió la primera derrota del 2025 a un Oviedo que se podría haber puesto líder de Segunda.

Mientras que Óscar Gilsanz no hizo cambios en su equipo y los blanquiazules salieron con el mismo once que empató ante la SD Huesca, sí hubo una novedad en el bando de Javi Calleja: en el centro del campo, Kwasi Sibo ocupó el lugar de César de la Hoz.

El Oviedo salió mandón al partido, teniendo el balón y no dejando al Dépor salir de su campo, pero en cuanto ese dominio que no se tradujo en ocasiones fue disminuyendo. Los blanquiazules lo aprovecharon y en un saque de esquina Mario Soriano, a centro de José Ángel desde el córner izquierdo, batió a Aarón Escandell con un golazo desde la frontal del área.

El gol fue celebrado por los más de 2.000 aficionados visitantes presentes en el Carlos Tartiere, aunque el cuadro carbayón se sobrepuso al golpe y un cuarto de hora después empató: en otro saque de esquina jugado en corto, Hassan sacó un centro, la zaga del Dépor despejó e Ilyas Chaira desde la frontal batió con un zurdazo a Helton

El segundo tiempo arrancó sin cambios y con ambos equipos intercalando posesiones largas, sobre todo el Deportivo, pero ninguno lograba llegar al área rival y al cuarto de hora no había ocasiones; De la Hoz, Portillo y Fede Viñas, en el Oviedo, se convertían en los primeros cambios del partido.

El Deportivo había tenido la llegada de Yeremay, que no pudo definir gracias a la ayuda defensiva de Sibo, pero la más clara fue del Real Oviedo, que en una contra lograba plantar a Alemao solo ante Helton, saliendo perdedor en el duelo de brasileños el delantero oviedista al definir por encima del larguero el mano a mano.

Parecía que el Oviedo estaba algo más cerca de la portería rival, aunque el Deportivo puso todo patas arriba en el añadido gracias a un gol de Ximo Navarro, que aprovechó un pase de Hugo Rama primero y posteriormente el rechace de Aarón Escandell para desatar la euforia de los más de 2.000 aficionados visitantes desplazados.