Este martes se vivió un nuevo episodio de racismo en el partido entre Bulgaria e Inglaterra. El partido estuvo a punto de ser suspendido, tras haberse parado con aterioridad, por los gritos, insultos y sonidos hacia jugadores del conjunto británico.
A todo ello se le unieron algunos aficionados que hicieron el saludo nazi en las gradas del partido entre Bulgaria e Inglaterra, lo que provocó mayor enfado desde las altas instancias.
Pese a que Mihaylov no tenía la intención de dimitir, las presiones desde el Gobierno de Hungria han sido determinantes para la resolución del caso. Y es que el primer ministro de dicho país condenó los hechos y pidió la dimisión del presidente de la Federación.
"Después de la lamentable derrota de la Selección de Bulgaria y debido a los malos resultados de nuestro fútbol, ordeno el final de cualquier relación con la Federación, incluido económicamente, hasta el cese de Borislav Mihaylov", dijo el primer ministro.
Hasta dos veces tuvo que parar el partido por los insultos racistas, hechos que negó tajantemente el seleccionador de Bulgaria, Krasimir Balakov, justo después del encuentro que se saldó con victoria de los 'Pross'.