Podríamos tildar al Sheriff como 'cenicienta' de esta Champions, pero ese cartel ya lo tiró a la basura con su victoria en el Santiago Bernabéu y su buena imagen en las primeras jornadas. Eso sí, el Real Madrid demostró que la derrota en casa fue un accidente casi irrepetible por la diferencia individual y colectiva de ambos equipos.
Los blancos cumplieron con creces y se aseguraron el billete a octavos de final, algo que hoy en día escasea en el fútbol español. De hecho, es el único equipo de la Liga con el pase en el bolsillo, una clasificación que ha logrado las 30 veces que ha disputado la primera fase. Ahora, solo tiene que sacar un punto ante el Inter para, además, estar en la siguiente fase como líder de grupo.
El encuentro empezó con algún susto del Sheriff en contragolpes y rápidos ataques, pero poco más. Pronto el Madrid hizo suya la pelota y le metió al partido el 'tempo' y la pausa que le iba pidiendo el cuerpo en cada momento.
A los ocho minutos, Arboleda salvó un balón que olía a gol. Un centro de Rodrygo desde la derecha buscaba a Benzema en el área, pero el defensa estuvo rápido. El francés volvió a aparecer dos minutos después para marcar un gol que fue anulado por fuera de juego. El '9' cazó un rechace en el área de Athanasiadis tras tiro de Kroos, pero estaba adelantado.
Más claro fue el dominio blanco conforme pasaban los minutos. En solo cinco, Casemiro se topó con el portero en un disparo en el área, la defensa frenó una gran jugada de Rodrygo y Benzema mandó alto un cabezazo en el área. El Madrid aceleraba con una clara idea: sentenciar cuanto antes y, con el resultado ya a favor, intentar nadar y guardar la ropa hasta el final.
Y el plan comenzó a cumplirse a la media hora. Alaba marcó el 0-1 en una falta algo afortunada para el austriaco. Su lanzamiento, que buscaba el palo del portero, fue desviado ligeramente por un rival y la bola esquivó el intento de Athanasiadis. Ya se había cumplido la primera premisa.
Supo gestionar el Madrid el marcador tras el gol. Se animó el Sheriff en algún contragolpe, pero los de Ancelotti dieron sensación de seguridad en todo momento. Y el guion quedó redondo con el 0-2 justo antes del descanso.
Toni Kroos le regaló al fútbol otra obra de arte. La UEFA, en lugar de meterse en tantos fregados, debería ser un museo en el que presumir de cuadros como el que firmó el centrocampista alemán. Ya nos tiene acostumbrados a sus pases a la red, pero esta vez eligió la escuadra para, con su habitual sello de sutileza, hacer trabajar a la tecnología. El reloj del árbitro confirmó que la pelota, tras dar en el larguero, acabó dentro de la portería.
Sentencia y gestión
El segundo tiempo fue lo que tenía que ser. Aunque mucho tardó en convertirse en un trámite. Era de esperar que el resultado y las circunstancias originasen unos segundos 45 minutos de control del Madrid, de pocos riesgos, de cambiosa y rotaciones y de algún intento del Sheriff de agradar en su último encuentro en casa.
Sin embargo, el ritmo fue alto en el arranque. Casemiro probó suerte desde lejos con un tiro alto en el 55', justo un minuto antes de que Benzema cerrase el partido definitivamente con su tanto. Como si de una costumbre se tratase, volvió a acudir a su cita con el gol al mandar al fondo de la red un tiro desde la frontal. Mendy jugó con el francés, que sacó un latigazo teledirigido para hacer imposible la estirada de Athanasiadis.
Siguió apretando el Madrid antes de que llegase el escenario esperado. Rodrygo tuvo un mano a mano algo escorado que salvó el meta local, pero también se asomó el Sheriff a la meta de Courtois. Traoré, con un tiro fuera, y Dulanto, en un cabezazo tras un error de cálculo del portero belga, alimentaron a la grada antes de su mejor minuto y del consiguiente bajón.
Hasta tres ocasiones tuvieron los moldavos en un minuto. Courtois voló para repeler un disparo lejano antes de que un balón posterior colgado al área se topase con el palo. Ni rematador ni defensor aparecieron y la bola casi se cuela en la portería. El tridente de ocasiones lo completó un tiro lejano que atrapó Courtois.
A partir de ahí, el Madrid esperó a que pasase el tiempo. Y la voluntad del Sheriff se quedó corta de fuerzas. Llegaron los cambios y solo la entrada de Asensio perturbó el orden, además del cambio de un Traoré que se retiró mareado tras quejarse del pecho.
Ya en los minutos finales, Athanasiadis completó su buen partido con dos paradones a Asensio. En el 88', le sacó una volea en el área chica, mientras que un minuto después, le regaló a su afición una palomita para despejar un zurdazo colocado del balear.
Fue lo último de un partido que deja al Real Madrid en octavos de final y a solo un punto de confirmar el liderato, con lo que le vale un empate ante el Inter en la última jornada. Por su parte, los de Transnitria se quedan terceros con seis unidades y aseguran su presencia en la Europa League.