El balón de Sochi sigue en el aire

"¡Piiiiiip!". Falta para Alemania. Es escorada a la banda izquierda, ideal para un diestro. Toma la pelota Toni Kroos. Se acerca Marco Reus. Alemania va 1-1 en la segunda jornada de la fase de grupos del Mundial de Rusia. Ha perdido en la primera. O gana o está prácticamente fuera. El 'crack' del Real Madrid mira de reojo al marcador. Minuto 95. Mira a su compatriota. "Te la paso, la pisas y le pego". Esto, pero en alemán, claro. Su compañero obedece. Tac, tac y...
Este sábado 1 de junio a las 21:00, Wembley acoge la final de la Champions League. La competición más codiciada del mundo del fútbol, al menos a nivel de clubes, no necesita de intrahistorias para irradiar magia. El asunto es que, este año, los astros se han alineado para que, entre otros relatos imperdibles, haya uno de doble despedida. Toni Kroos deja el fútbol y Marco Reus abandona el Borussia Dortmund.
El centrocampista, que ya había avisado, temporadas atrás, de que quería colgar las botas a los 33, lo hará a los 34 después de la Eurocopa de este verano, que es en su tierra. Su amor por Concha Espina le convenció de que permaneciera un curso más y ha merecido la pena. Se encuentra en, probablemente, uno de los mejores estados de forma de su trayectoria. Ha preferido marcharse por todo lo alto. Ni Arabia Saudí ni Estados Unidos. Greigswald, Pomerania Occidental.
El originalmente extremo -desde hace tiempo, es mucho más que eso: la experiencia le ha dotado de versatilidad- ha tomado una decisión parecida, aunque no deja el deporte rey de momento. Ha visto cómo su rol ha ido decreciendo de la mano de Edin Terzic y, ante la llegada de sangre nueva, entiende que lo mejor es dejarla fluir. Ya se despidió del Signal Iduna Park con una asistencia, un gol y una ovación. Ahora, suena Norteamérica para regalarle unas últimas vivencias llenas de color.
Los dos comenzaron sus respectivos ascensos a la primera línea del tablero internacional en las raíces del fútbol alemán. Kroos se formó en el Bayern, pasó por el Bayer Leverkusen, volvió al Allianz Arena y se marchó a Madrid. Alguien dijo que no había que tratarle como si fuera de clase mundial. Lejos de enfadarse o rechistar, tomó un vuelo rumbo a España, se puso una camiseta blanca y ganó la Champions cuatro veces.
Reus despuntó en el Rot Weiss Ahlen y llamó la atención de los ojeadores del Borussia Mönchengladbach. Después, de los del Borussia Dortmund. Sí, uno fue del Bayern al Bayer y el otro, del Borussia al Borussia. Poesía para los amantes de las curiosidades, que también se deleitarán conociendo que su primer cara a cara data del 19 de diciembre de 2009 en un Leverkusen 3-2 'Gladbach en el que ambos fueron titulares. Toni anotó un doblete.
Volvieron a medirse con estas camisetas en la jornada 34 de la misma temporada. Entonces, el cirujano de la medular cambió Renania del Norte-Westfalia por Baviera, coincidieron en cinco ocasiones, el velocista se vistió de negro y amarillo y lo hicieron en siete más. Su único choque con los escudos que se podrán contemplar en Londres fue el 7 de diciembre de 2016, en la fase de grupos de la senda de la 'Orejona'. Hubo tablas por 2-2 gracias a un gol de Marco en el minuto 88.
El cómputo de sus enfrentamientos se resuelve con 6 victorias para Kroos, 4 para Reus y 5 empates. El partido de Inglaterra será el último. Juntos, con la Selección Alemana, han celebrado 17 triunfos, gestionado 5 tablas y lamentado 9 caídas. Habrían alzado el Mundial de 2014, pero Reus se lo perdió por una lesión de tobillo. Esto hace que sus gestas internacionales, más que en oro, estén bañadas en el barro de arrastrarse para evitar el declive de una 'Mannschaft' que quizá vuelva a ser lo que debe este verano. Ah, sí, ¿por dónde íbamos?
...Tac, tac y...
July 3, 2022