La Ponfe convierte en realidad un inicio de ensueño

Es época de bonanza en El Toralín. El equippo de Jon Pérez Bolo confirmó las buenas sensaciones que venía demostrando en este inicio liguero gracias a la agónica victoria que logró ante un Girona venido cada vez a menos.

El partido comenzó de la mejor forma posible para la Ponferradina: con gol en el minuto tres. El sempiterno Yuri, que da la sensación de poder jugar hasta los 70 años, aprovechó un preciso centro de Ríos desde la izquierda para batir a Juan Carlos con un preciso cabezazo.

Esto sentó como un jarro de agua fría a los catalanes, que se mostraron incapaces de llegar con peligro durante los primeros minutos. De hecho, el propio Yuri estuvo a punto de embolsarse su doblete particular en el 11', pero su vaselina fue atajada con algún apuro por el meta visitante.

Durante los siguientes compases se endureció el duelo y las tarjetas amarillas comenzaron a sucederse. De hecho, pese a no tratarse de un duelo excesivamente físico, se vieron hasta un total de diez amonestaciones.

Los de Francisco mejoraron un poco sus prestaciones hasta la llegada del descanso, pero el cuadro de Castilla y León se mostró como un bloque sólido e inexpugnable. De hecho, Yuri tuvo una más al filo del entretiempo tras un buen pase de Naranjo, pero su chut se fue por encima del larguero.

La segunda parte comenzó con ambas escuadras quizá algo contemplativas, confiando en lograr cazar alguna jugada aislada, bien para empatar, o bien para lograr la sentencia. Ni una cosa ni la otra.

A partir del 60', Christian Stuani se puso las pilas y tuvo tres ocasiones claras de gol, pero Amir respondió a todas ellas magistralmente, cuajando así una actuación que justifica en parte, la victoria de los suyos.

El que no falló fue Nahuel Bustos en el 83'. El delantero cedido por el Manchester City había entrado minutos antes al verde, y aprovechó un buen pase entre líneas para regatear al iraní y marcar a placer el 1-1.

El empate ya parecía definitivo, pero la Ponfe demostró, una vez más, que este equipo tiene algo especial. 180 segundos después de la igualada, Dani Ojeda cazó un balón a unos 25 metros de distancia y se sacó un latigazo que terminó en el fondo de las mallas, tras tocar en un defensor, lo que despistó a Juan Carlos.

El pitido final llevó el delirio a las gradas de El Toralín, un estadio que vive la ilusión de ver a los suyos con nueve puntos de nueve posibles, lo que les permitirá dormir líderes en la noche del sábado. Por su parte, el conjunto gerundense suma la primera derrota de la temporada y se queda estancado en mitad de tabla.

 

August 28, 2021