Ronald Koeman, el héroe de Wembley, él es el elegido. El ahora entrenador, que defendió en 264 ocasiones la zamarra azulgrana (con 88 goles), vuelve a su casa para comenzar una tercera etapa, esta vez como entrenador por derecho tras una previa enrolado en el cuerpo técnico y en funciones de club. Un proyecto ilusionante pero a la vez muy delicado. Firma hasta junio de 2022 y será presentado a las 18:00.
Un ex de la casa, con mano firme y que apuesta por un fútbol asociado al ADN Barça. Su perfil, sin duda, encaja en lo que se buscaba para comenzar un nuevo ciclo tras tocar fondo en la Champions con el 2-8 encajado ante el Bayern. El deseado momento le llega con 57 años, meses después de que el corazón le diera un susto y en su mejor etapa como técnico.
Tras días muy difíciles y convulsos, que también se han cobrado el puesto de Éric Abidal -Ramón Planes le sustituyó-, y a pesar de que parecía que Mauricio Pochettino podía ser el elegido en un principio, los debates internos recondujeron la situación hacia el ya ex seleccionador de Países Bajos, que a la segunda tentación sí que dio el "sí, quiero". Se le buscó para suplir a Ernesto Valverde, pero consideró que no era el momento. Ocho meses después, Koeman ha cambiado de idea.
Su misión será la de hacer una limpia que ya realizó en Valencia. A quien no tocará será a Lionel Messi. Josep Maria Bartomeu, presidente del club 'culé', ya confirmó que su nuevo técnico le trasladó que el argentino será "el pilar de su proyecto".
Quique Setién ya estaba sentenciado, pero fue formalmente despedido el lunes por la tarde. A partir de ahí, se precipitaron los acontecimientos. El CEO del Barça, Òscar Grau, viajó de inmediato a Países Bajos para dejarlo todo arreglado tanto con el técnico como la Federación Neerlandesa. El martes aterrizó en Barcelona para firmar su contrato y poco después fue anunciado.
Aunque ya el domingo había sido visto por la Ciudad Condal y desde ahí no había dudas de que terminaría firmando como técnico azulgrana. El 18 de agosto de 2020 se escribe como una nueva fecha histórica para el ex defensa en el Barça. Como aquel 20 de mayo de 1992 en Wembley. Para comenzar su segunda era en el Camp Nou tras los cinco años y medio en que ejerció como defensa barcelonista (del 89 al 94).
August 19, 2020
Ronald Koeman cumple el viejo sueño de muchos ex jugadores azulgranas, especialmente los que son hijos de la 'generación Cruyff'. No en vano, ese paso los coloca siempre en el radar de futuribles del Barça. Por eso en la mayoría de sus contratos incluyó una cláusula liberatoria para ir al Camp Nou. Pero el técnico neerlandés lo afronta en unas condiciones delicadas. A los siempre exigidos objetivos de vencer y convencer se une la misión de realizar una revolución en la plantilla y traer mano dura.
No en vano, en enero de 2019 precisamente realizó esa diagnosis en el Barça, centrada en su columna vertebral y en jugadores de referencia como Piqué, Busquets o Messi. En principio, le toca esa obligación de quitar a algunos de en medio y comenzar la transición hacia una nueva generación de talentos. Además, las posibilidades económicas no permitirán mucho fichaje, por más que el equipo lo necesite.
Koeman traerá también la promesa de una apuesta real por la cantera, o al menos superior a la que Quique Setién prometió y no terminó cumpliendo. "Soy partidario siempre de jugar con gente de la casa porque saben cómo juega el Barça", comenta. De hecho, la actual Selección de Países Bajos vive un reverdecimiento gracias a la apuesta del técnico por los De Ligt, Dumfries, Van de Beek o Bergwijn. El propio De Jong, al que tanto ha defendido públicamente, será uno de los grandes beneficiados por su llegada, tanto por confianza como por posicionamiento en el campo.
El técnico 'tulipán' no tendrá mucho tiempo para ponerse al día y sus evoluciones irán de la mano de la "amplia reestructuración" del primer equipo que ha prometido la directiva para fijar un nuevo punto de partida en la historia del club toda vez que su exitosa generación de este siglo se está apagando.
Una carrera con turbulencias
Será la segunda ocasión en que Koeman entrene en España y es una incógnita cómo le irá. En el Valencia acabó muy desesperado. Terminó su contrato menos de un año después de aterrizar, con el equipo instalado en la zona baja y la afición en su contra, aunque logró la Copa del Rey de 2008. Y aunque quizá pasándose de rosca porque aquello acabó con guerras intestinas, en Mestalla sí llevó a acabo la limpia que se le pide en el Barça: se quitó de en medio a Cañizares, Albelda y Angulo, capitanes y emblemas de la época dorada que llevaban más de una década en la entidad.
El fútbol y el juego en la Liga no le acompañaron en esa aventura. Allí no se atrevió a aplicar el esquema ofensivo que mamó como miembro del 'Dream Team' de Cruyff y el que sí estaba practicando con Países Bajos, a la que había recuperado para la causa clasificándola para la Eurocopa de 2020 (y que finalmente se disputará en 2021) de manera brillante tras haberse quedado fuera de la anterior, así como del Mundial de Rusia. Además de romper con esa crisis de seis años sin jugar competiciones mayores, consiguió el subcampeonato de la Liga de las Naciones dejando por el camino a rivales de la talla de Francia, Alemania e Inglaterra.
Sin duda, su actual etapa en la 'Oranje' estaba siendo la más prolífica desde que en 1999 debutó en los banquillos con el Vitesse. Pero es la irregularidad lo que define su trayectoria. Solo con Ajax y PSV alcanzó el éxito de veras; en muchos de los equipos que dirigió fue destituido (Valencia, AZ Alkmaar y Everton). También dirigió a Benfica, Feyenoord y Southampton.
Eso sí, el banquillo del Camp Nou tampoco será una novedad para él, puesto que en 1997 llegó para ejercer como ayudante el cuerpo técnico de Louis Van Gaal y ejercer como enlace del filial, si bien en 1999 la oferta del Vitesse para volar en solitario le hizo abandonar Barcelona "con el corazón destrozado".
Asimismo, más allá de los intentos post-Valverde de contar con él, la primera vez que tuvo la oportunidad de ser entrenador del FC Barcelona ocurrió en 2003, cuando entrenaba al Ajax y Joan Laporta se fijó en él, pero finalmente optó por su compatriota Frank Rijkaard por la falta de entendimiento con los dirigentes del club 'ajacied'.